Durante la cuarentena estamos más atentos que nunca a nuestras redes sociales. Ya sea para pasar un rato divertido viendo vídeos de TikTok o memes, para comunicarnos con nuestros amigos y familiares o para enfadarnos con la cantidad de bulos que campan a sus anchas en internet. Menos mal que de vez en cuando aparece una historia que te saca una sonrisa.
Todo empezó con una nota en el ascensor: "Soy Carlos, del portal B, y tengo 14 años. Ayer iba a casa de mis abuelos, que viven en el portal D, y le llevaba unas herramientas. Me llevé la pelota de balonmano para después bajar y jugar un poco. Al ir muy cargado se me cayó y pensé "ahora bajo y la cojo". A los cinco minutos bajé y YA NO ESTABA".
David, más conocido en Twitter como @CataDeCambridge, publicó una fotografía en Twitter, donde a veces la gente pide que "se haga la magia", de la nota que se había encontrado en su ascensor para pedir a la empresa de material deportivo Decathlon que le dieran una sorpresa a su vecino. Sin embargo, ¡alguien se le adelantó!
Carlos perdió su balón antes de que comenzase el confinamiento pero ha sido durante estos días tan difíciles, también para los jóvenes, que están haciendo un gran esfuerzo para sacar el curso adelante, cuando ha recibido el paquete con su nueva pelota.
Los que se adelantaron a Decathlon fueron los miembros del club de balonmano Abanca Ademar León. "Las pelotas de balonmano son lo nuestro", le dijeron a David, que se encargó de hacerles llegar la dirección de su vecino para darle así una sorpresa.
El pasado 13 de abril, la nueva pelota de Carlos llegó. Su padre envió un mensaje muy emocionado a través de sus redes sociales: "No sabemos ni cómo agradeceros este detallazo. No sabíamos nada y nos acaba de llegar la sorpresa".
En Yasss hemos hablado con David, el encargado de gestionar esta grata sorpresa que se ha llevado Carlos. Fue él quien compartió la foto de la nota en sus redes sociales: "A mí aquella historia me resultó muy tierna, porque me parecía que perder una pertenencia preciada para el muchacho por haber echado un cable a su abuelo no era justo", comenta. A los pocos minutos de publicar su tuit enseguida obtuvo una respuesta. Se trataba de un club de balonmano, que se ofreció a ayudar a Carlos y reponer su pelota perdida.
"Con todo esto del confinamiento por COVID-19 el tiempo fue pasando y no volví a saber nada de ellos", recuerda David, "hasta que la semana pasada me comentaron que nos habían mandado ya la pelota, esta semana la tenía ya en casa. No le mandaron una pelota cualquiera, sino que le hicieron llegar una con la que han estado jugando partidos en Europa junto con una gorra del equipo".
"Un par de horas después llamaron a nuestra puerta Carlos padre y Carlos hijo. Ya venía con la gorra puesta y nos traían una carta de agradecimiento que obviamente hizo que se me saltaran las lágrimas. Por cosas como estas adoro Twitter", termina diciendo David.