El sufrimiento de Nana tras perder a su dueño: la gata lleva dos años yendo a su tumba
La gata perdió el apetito durante tres meses
No es la primera vez que un animal añora a su dueño tras fallecer. De vez en cuando, nos sorprende la fidelidad de las mascotas, que llegan a permanecer días junto a los lugares más frecuentados por sus dueños, el sitio de trabajo, el hospital en el que ingresa o, incluso, en el cementerio.
La última protagonista fue Bianca, una perra que conmocionó a la Red por permanecer en la puerta de la librería de su compañero tras morir. Ahora, es Nana, una gata, la que nos deja atónitos.
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A pesar de que la fama de la lealtad va ligada a los perros, esta felina atigrada ha roto los esquemas. El animal, del estado malayo de Kelantan, sigue visitando cada día la tumba de su dueño fallecido dos años después de su muerte, según publica RT.
Así lo cuenta a este diario la hija de Abdul Aziz Ismail, el dueño de Nana. Cuenta que tras morir su padre, la gata dejó de comer: se le quitó el apetito durante tres meses.
El sufrimiento de Nana es una prueba más del vínculo eterno que une a perros, gatos y otras mascotas con sus dueños. Pese a la fama que les precede de animales ariscos e independientes, los felinos pueden llegar a ser cariñosos e inseparables de sus amos.