Mainat, un genio con alma de niño
Claves para entender la personalidad del productor, su exitosa trayectoria y comportamiento en la causa contra su mujer
Entre sus facetas desconocidas, la de divulgador científico en un libro que dedicó a Ángela, con la que compartió su pasión por el 'anti-aging' y "sentido del humor"
Recordamos otros momentos de su carrera en los que dejó ver su carácter apasionado y provocador
“Dedicado a Àngela, mi esposa. Porque la quiero mucho y porque se ha propuesto acabar la carrera de Medicina y especializarse en antiaging, justo lo que voy a necesitar cada vez más.”“Dedicado a Àngela, mi esposa
Josep Maria Mainat escribió esta dedicatoria a su mujer, Ángela Brodowolski, en su libro Ciencia Optimista de 2015, en el que narraba de forma divulgativa y entretenida, lo que le espera a nuestra civilización en los próximos años.
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El productor y la estudiante de Medicina, que entonces tenían 69 y 32 años, acababan de tener a su segundo hijo, Joan Ramón, y la primera, Jana, tenía 3 años. La pareja vivía uno de los mejores momentos de su relación. Nada presagiaba que cinco años después estarían en un "doloroso" proceso de divorcio y complicada situación judicial con cruce de acusaciones, él por intento de asesinato, y ella por presunto maltrato.
Pasión por la ciencia y el 'anti-aging'
Entre las muchas facetas de Josep Maria Mainat, su interés por la ciencia, la tecnología y la informática está en un nivel de maestro.
En el libro Ciencia optimista, que es fruto también de una tertulia de radio dedicada a los avances científicos que nos van a cambiar la vida, el productor escribe con autoridad sobre células madre, inteligencia artificial, ingeniería genética, coches sin conductor, realidad virtual, robots, exploración espacial, y hasta de... sexo.
Como era de esperar, Mainat dedicó también un capítulo a una de las pasiones de su vida, los tratamientos 'antiedad' en los que está especialmente interesado desde los 45 años, tras reconocer que no le gusta envejecer y que hará todo lo que la medicina ponga a su alcance para evitar el deterioro de la edad, que considera una enfermedad.
De hecho intentó montar una clínica "antiaging" en España y viaja a Bélgica con frecuencia para someterse a tratamientos rejuvenecedores, según contó él mismo en 2016. "Creo que biológicamente estoy en los 40. No quiero ser viejo. A partir de los 100, pienso celebrar cada año una fiesta impresionante", bromeó entonces el productor.
Hace unos años sufrió un cáncer, detectado a tiempo y curado, que se llevó una parte del estómago, su hambre y 15 kilos. Ahora se preocupa por llevar una alimentación sana y equilibrada, no fuma y no se excede con el alcohol. Esta es su imagen más reciente:
Mainat se define como un hombre 'multitask': "Me gusta diversificar aficiones y trabajos”. Su biografía oficial, la que conoce el gran público, es que fue creador o coproductor de algunos de los grandes exitos en el mundo del entretenimiento (OT, Crónicas Marcianas, La parodia nacional...), que estudió solfeo en el Conservatorio, fue cantante con La Trinca, empezó la carrera de Arquitectura, es programador informático, daltónico y políglota.
Pero lo que mucha gente desconoce es que también es un apasionado de la ciencia, que él considera muy "divertida". Y sobre todo, un gran "optimista" por naturaleza. De ahí el título del libro, Ciencia Optimista, y la frase que lo introduce y resume su espíritu: "Nos espera un futuro brillante".
El 'niño grande' y superdotado que no deja de jugar
"Los científicos somos los profesionales con mayor espíritu infantil de todos, porque seguimos jugando de mayores", decía este jueves el paleoantropólogo y divulgador Juan Luis Arsuaga, en su visita a La Resistencia (Movistar+) , donde fue a presentar su libro con Juan José Millás, La vida contada por un sapiens a un neandertal.
La definición que hizo Arsuaga de los científicos, y la Ciencia Optimista de Mainat Ciencia Optimista es lo que mejor define un aspecto importante de la personalidad del productor: un "niño grande" y superdotado que nunca deja de jugar.
Incluso ahora, en medio del proceso judicial que le ha llevado de nuevo a la actualidad, y a pesar de que ha pedido respeto a los medios de comunicación, el productor no se muerde la lengua en Twitter para comentar esta historia peculiar con su visión sarcástica, jugando con sus seguidores y bromeando con su propio caso.
La gran virtud de Mainat es que, a sus 74 años, sigue siendo impulsivo, soñador y un "disfrutón" de a vida, siempre desde su punto de vista divertido y despreocupado. Eso explica haga suya la canción de Sin tiempo para morir, la última película de Bond, estableciendo un paralelismo entre su historia y la letra: "Tendría que haber sabido que me quedaría solo", "¿fui estúpido por quererte?", "¿fui imprudente por ayudarte?", ¿era obvio para todos que me había enamorado de una mentira?".
La Trinca, su primera 'travesura' rentable y exitosa
Lo cierto es que el espíritu infantil de Mainat es algo muy común en el mundo del entretenimiento. Lo da la propia naturaleza del negocio. Para entender los gustos del gran público, la esencia de lo popular, los productores de televisión tienen que dejar salir al niño grande que llevan dentro, y Mainat lo hace en estado puro.
La primera vez que conectó con un público masivo fue cuando formó, con Toni Cruz y Miquel Àngel Pascual, el trio humorístico La Trinca, hace ya 50 años.
Solo alguien tan "gamberro" como Mainat podía ser capaz de saltar a los escenarios, enfundado en un traje de maruja y cantando "quiero una novia pechugona", "qué es que sé, sé merdé", "llevan colgando los hombres un cilindrín, que es para darnos gustirrinín”...
La Trinca se divertía, en los escenarios, tanto o más que su público. Publicaron 42 discos entre 1969 y 1989, cantando en catalán y en castellano.
Y la música les llevó a la televisión. En 1986 dirigieron su primer programa (No passa res!, No pasa nada) en TV3, un éxito de audiencia por el que ganaron su primer Ondas de televisión, y que les abrió las puertas para crear Gestmusic, que acabó convertida en una de las productoras europeas de mayor éxito antes de ser vendida a Endemol.
El mayor fan de 'Operación triunfo'
El interés de Mainat por la música, su audacia para ver que el formato Idols arrasaba en Reino UnidoIdols, y su alma de niño fue probablemente lo que más tarde le haría adivinar el fenómeno Operación Triunfo Operación Triunfoque le hizo triunfar, junto a Toni Cruz, y con la colaboración privilegiada de su hermano, Joan Ramón Mainat, otro de los grandes creativos que ha tenido la televisión en este país.
Antes de OT ya habían tocado el éxito con Lluvia de estrellas.Mainat empatizaba con esos adolescentes que soñaban (tal vez como él) con ser estrellas mundiales de la canción. Y sabía que ese sentimiento aspiracional conectaría también con el público.
Su 'pique' con los filósofos de Zapatero
Mainat es también un heterodoxo cuando le toca defender lo políticamente incorrecto. En 2004, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se propuso acabar con lo que denominaban "telebasura" creando lo que se conoció como un "comité de sabios" para asesorar a TVE, formado por gente de prestigio académico como Fernando Savater, Emilio Lledó, o Enrique Bustamante.
Una iniciativa muy provocadora para los productores de la época, en especial para Josep Maria Mainat, que entró como un toro ante un capote. Cuando aún no existía Twitter el entonces director de Gestmusic salió a matar defendiendo la libertad de entretenimiento, en una memorable 'guerra' de artículos con Enrique Bustamante.
Mainat discutió hasta la saciedad y con afilado ingenio los argumentos de estos "sabios" en lo suyo que querían cambiar la televisión, en artículos que publicó en su momento Vertele: “Me temo que solo podremos medir científicamente el 'termómetro de la satisfacción' que pide el señor Bustamante, el día que inventen unos audímetros neuronales psico-emocionales con unos electrodos conectados directamente al cerebro de los telespectadores". "Señor Bustamante, ¡está usted nominado!", decía Mainat usando la frase de moda en su programa. El profesor de comunicación saltaba y le respondía con otro texto titulado La frívola imprudencia del Sr. Mainat, acusando al productor de ser un “neoliberal extremista”.
Era evidente que para Mainat era todo un 'juego de niños', un pasatiempo, pero conseguía sacar de quicio a los filósofos de Zapatero, que sí le tomaban en serio.
Su provocadora defensa del independentismo
En los ultimos tiempos Mainat se ha significado como defensor del separatismo catalán. Incluso en estos meses negros no ha dudado en hacer bandera de su defensa del soberanismo.
Los que le conocen lo consideran parte de su personalidad rebelde, idealista y soñadora de la que les hablamos. La del "niño" de Canet de Mar que cree compatible una Cataluña independiente con su vocación de persona cosmopolita, muy viajada, que ha hecho negocios en todo el mundo habla seis idiomas.
La "locura" de casarse a los 60
Y en este contexto tampoco sorprende que se enamorara de una chica 35 años más joven, que hiciera la "locura" -como el mismo reconoció-, de "casarme a los 60", sin importarle el qué dirán y sin ser consciente de que quizá "durmiera con su enemigo" (la justicia decidirá).
Su "conexión" con Ángela por el "humor"
Su relación con Ángela empezó porque sintió una "conexión" con la manera bienhumorada de ver la vida. Me gusta "que no nos peleemos por tonterías. Y para eso se necesita compartir un cierto sentido del humor, un cierto saber estar, no discrepar en cosas fundamentales", aseguraba Mainat cuando le preguntaban por una relación con tanta diferencia de edad.
"Yo creo que mi esposa actual será la última. No porque yo me haga viejo, sino porque creo que congeniamos mucho. En todo aquello que puede crear conflictos, curiosamente, estamos de acuerdo", dijo hace tres años.
Desde luego, el sentido del humor sí parece ser un punto en común de la pareja, a juzgar por cómo están comportándose ambos, pese a estar en guerra en los tribunales, ella repartiendo cruasanes entre los periodistas, y él, ironizando con ello:
No quiere morir sin inventar un nuevo género televisivo
Cuando la mayoría de los productores de su generación ya se ha retirado y está disfrutando de las mieles del éxito, también se entiende que el "genio con alma de niño" Mainat quiera seguir al pie del cañón en lo profesional.
Él sigue enfrascado, con la misma ilusión y pasión que ponía en OT como el canal de Youtube lanzado con su hijo Pol, o soñando con "inventar un nuevo género en televisión, algo que no se haya hecho nunca", reconoció hace poco.
Ahora, al siempre risueño Mainat le toca ponerse serio, aunque le cueste, tras despertar de lo que creía era un sueño y ha acabado siendo una auténtica pesadilla, cuyo final se decidirá en los tribunales.