El multimillonario estadounidense Robert Bigelow, de 75 años, anunció el pasado mes de enero que pagaría un millón de dólares a los tres ganadores de un concurso de ensayos que debían responder a la cuestión de si existe "la posibilidad de supervivencia de la conciencia humana más allá de la muerte corporal". Bigelow quería “pruebas contundentes más allá de una duda razonable”.
Los interesados tenían hasta el 1 de agosto para enviar sus trabajos sobre el tema al Instituto Bigelow para el Estudio de la Conciencia (BICS), organismo fundado por él mismo, que sería el encargado de seleccionar los tres mejores. Entonces se estableció que el primer premio estaría dotado con medio millón de dólares, mientras que las personas que quedaran en segundo y tercer puesto obtendrían 300.000 y 150.000 dólares, respectivamente.
Sin embargo, el mes pasado el BICS informó a través de un comunicado que, debido a la gran cantidad de ensayos de alta calidad que recibieron, decidieron crear dos categorías adicionales: la de finalista, cuyo premio es de 50.000 dólares, y la de mención honorífica, de 20.000 dólares.
Los autores de los 29 ensayos ganaron premios en metálico: el primer lugar fue para Jeffrey Mishlove; el segundo para Pim van Lommel y el tercero para Leo Ruickbie. Paralelamente, hubo once finalistas y quince menciones honoríficas. En total, Bigelow desembolsó un total de 1,8 millones de dólares a los premiados.
Mishlove, psicólogo clínico estadounidense, basó su ensayo 'Más allá del cerebro: la supervivencia de la consciencia humana después de la muerte corporal permanente' en nueve direcciones de evidencias, como experiencias cercana a la muerte, comunicaciones después de la muerte, casos de reencarnación y xenoglosia —la supuesta habilidad de poder hablar o escribir un lenguaje que no se conoce—, todas las cuales, según el autor, apuntan a la existencia de la conciencia tras la muerte.
Mientras, Pim van Lommel, cardiólogo y científico neerlandés también explora en su ensayo 'La continuidad de la consciencia' las experiencias cercanas a la muerte, calificadas por el autor de "auténticas". "Actualmente hay buenos motivos para suponer que nuestra consciencia no siempre coincide con el funcionamiento de nuestro cerebro", escribe el científico. "La muerte solo es el final de nuestra corporeidad", agrega.
Desde el BICS explicaron que tienen la intención de publicar todos los trabajos premiados en una obra de entre cinco y seis volúmenes de tapa dura. Asimismo, detallaron que donarán varios ejemplares a bibliotecas universitarias, hospicios e instituciones religiosas para los pueda leer el mayor número de personas.
Bigelow tuvo la idea de convocar este concurso a raíz de la muerte de su esposa, que falleció en febrero del año pasado debido a una enfermedad de la médula ósea y leucemia. Su interés por la conciencia se remonta a 1992, cuando su hijo Rod Lee se suicidó. Años después, su nieto, hijo de Rod, también se quitó la vida.
El magnate, fundador y propietario de Bigelow Aerospace, así como de la cadena hotelera Budget Suites of America, ha gastado millones de dólares para perseguir dos misterios perdurables: si hay otra vida inteligente en el universo y si la conciencia humana continúa después de la muerte física.