Una tarde de otoño de 2019, Marina Segovia sintió una fuerte presión en el pecho mientras estaba en casa. Minutos después, esa tensión se transformó en un dolor que hasta la hizo gritar: le estaba dando una embolia pulmonar. En el hospital, los médicos le informaron de que la píldora anticonceptiva y el tabaco habían sido los principales causantes de este susto. Pese a que esta complicación solo le ocurre a un porcentaje muy muy reducido de mujeres que toman anticonceptivos hormonales combinados, Marina ha querido compartir su testimonio para que, si una chica se encuentra en esa situación, sepa cómo actuar. Además, en Yasss hemos hablado con la doctora Lara Sobrino, del área de Ginecología del hospital Infanta Elena de Madrid, para que nos resuelva todas nuestras dudas.
En el vídeo que encabeza este artículo, Marina nos cuenta en primera persona cómo el tabaco unido a la píldora anticonceptiva (y a otros factores de riesgo como el sobrepeso y la vida sedentaria), produjo en su cuerpo una reacción química que hizo que su sangre se volviese más espesa y se le formase un coágulo (trombo) que derivó en una embolia pulmonar. Para que el que no tenga mucha idea de lo que estamos hablando y de cómo afecta a la persona que la padece, la doctora Lara Sobrino nos lo explica: "El tromboembolismo pulmonar o TEP se produce normalmente cuando un coágulo formado en los miembros inferiores viaja por la sangre y ocluye una arteria pulmonar haciendo que una de las zonas de los pulmones no reciba oxígeno. Esto a su vez repercutirá en el oxígeno que llegará al resto de los órganos. Por ejemplo, el corazón, que se encuentra bombeando la sangre, se terminará debilitando ya que, al encontrarse un obstáculo en su paso por los pulmones, debe aumentar mucho su presión. La mortalidad de este proceso se encuentra entre el 2-3% de los casos aunque puede ascender al 30% cuando el paciente se encuentra hemodinámicamente inestable o en shock".
Unos meses antes de sufrir el TEP, Marina se encontraba cansada: le dolían las piernas y se ahogaba con facilidad. Aunque ella lo achacó a que había engordado un poco o a que había perdido la forma física, lo que realmente le estaban diciendo esos síntomas era que estaba sufriendo un tromboembolismo. A veces, la EP no produce síntomas, son muy leves o el paciente no les da importancia, como es el caso de Marina. No obstante, las señales que nos pueden indicar la formación de una embolia pulmonar en nuestro cuerpo son: la falta de aliento repentina sin causa conocida o respiración rápida, tos repentina sin una causa clara que puede arrastrar sangre, dolor en el pecho agudo que puede aumentar al respirar hondo, aturdimiento intenso o mareo, latidos del corazón acelerados o dolor de estómago intenso.
Pero… ¿Cómo de frecuente es que se produzca un tromboembolismo pulmonar en mujeres que toman la píldora? ¿Cómo de "alerta" tienen que estar las mujeres que la tomen? La respuesta, tranquilizadora, nos la da la misma doctora: "Los procesos trombóticos son complicaciones poco frecuentes pero graves asociados al uso de los anticonceptivos combinados. Actualmente, sabemos que estos eventos suelen producirse por la confluencia de varios factores de riesgo y en este sentido, el hábito tabáquico triplica el riesgo de trombosis. La incidencia de tromboembolismo en mujeres que toman anticonceptivos hormonales combinados es de 9-10/10.000 mujeres al año. Parece una cifra pequeña, sin embargo, es el doble comparado con la población fértil que no las consume. No obstante, esa cifra es muy inferior a la que presentamos durante el embarazo (29/10.000/año) o el puerperio [el periodo que sigue al parto] inmediato (300-400/10.000/año)".
En este sentido, es importante señalar que, cuantos más factores de riesgo tenga una paciente, mayor será el riesgo de sufrir una embolia. "Algunos no podemos modificarlos como la edad (cuando se es mayor de 35 años es más "peligroso") o las trombofilias (que son trastornos de la coagulación que hacen que la sangre se aglutine con mayor facilidad), pero existen otros sobre los que sí podemos actuar como son la obsesidad o el hábito tabáquico. Igualmente, toda mujer que, tomando anticonceptivos, requiera reposo o inmovilización (por ejemplo tras un traumatismo) debe avisar a su médico para valorar si precisa de tratamiento anticoagulante para evitar los procesos trombóticos", explica Sobrino. Por otro lado, otro dato interesante que facilita la doctora y que sale en los prospectos, es que el riesgo de que esto se produzca es mayor durante el primer año del uso de anticonceptivos o tras reiniciar la toma después de 4 semanas sin utilizarlos.
Vale, aunque ha quedado claro que el proceso trombótico producido por tomar anticonceptivos unido a otros factores de riesgo es poco frecuente, ¿cuántas mujeres están al tanto de que esto puede ocurrir? En el caso de Marina, y a pesar de llevar 11 años con anticonceptivos prescritos por problemas hormonales, e ir a revisiones ginecológicas anuales con más de siete ginecólogos diferentes, ella no tenía ni idea según explica en el vídeo: "Sí que estaba al tanto de los efectos secundarios más comunes de la píldora como son la retención de líquidos, los mareos, la irritabilidad o el aumento de peso, etc. (que también los he sufrido) pero no tenía ni idea de que también te podía dar un ictus o un tromboembolismo pulmonar como me ha pasado a mí".
La doctora del hospital Infanta Elena aclara que en 2013 la agencia europea del medicamento realizó una revisión al respecto, concluyendo que el beneficio de los anticonceptivos hormonales combinados en la prevención de los embarazos no deseados continúa siendo superior a los riesgos asociados a su uso. "Todos los años tenemos algún caso de trombosis en el hospital. Normalmente son casos de trombosis venosa profunda en uno de los miembros y suelen tener factores de riesgo asociados. Además, muchas de ellas no han sido informadas adecuadamente de sus riesgos personalizados por lo que recomiendo siempre preguntar a su médico antes de iniciar ningún tratamiento".
A la hora de hablar de este tipo de efectos secundarios que podemos encontrar en los prospectos de los anticonceptivos, Sobrino recomienda que "si bien es cierto que los prospectos deben avisar de todos los efectos adversos posibles, es necesario leerlos con cierta actitud crítica [como en el caso del TEP]: si una de cada 100 personas consumidoras de anticonceptivos tuviera seguro una embolia pulmonar, ningún médico recomendaríamos ese producto pero es necesario asumir que en determinadas poblaciones (volvemos a los factores de riesgo) esa probabilidad existe". Además, también aclara que, en el caso del tromboembolismo, no todos los anticonceptivos tienen el mismo riesgo trombótico: "No obstante, vuelvo a insistir en que el uso de anticonceptivos hormonales combinados es un método eficaz y seguro y animo a todas las lectoras a que si tienen alguna duda, acudan a su médico para que pueda asesorarles en su caso particular".
Después de contarnos su historia, Marina estuvo hablando con unas cinco chicas entre 20 y 25 años a las que también les ocurrió lo mismo. En su caso, y tras sufrir este episodio, dejó de fumar, de tomar anticonceptivos y, afortunadamente, casi un año después no le ha quedado ninguna secuela. "He estado en tratamiento con sintrom [un medicamento para evitar que se formen trombos] y heparina [otro fármaco anticoagulante] durante 6 meses. Tras hacerme una prueba de sangre específica para comprobar si mi organismo era propenso a generar trombos me quitaron el sintrom. Si hubiese sido propenso, me lo tendría que seguir tomando de por vida", explica.
Si tienes cualquier duda sobre los anticonceptivos que tomas, o quieres empezar un nuevo tratamiento, habla con tu médico: es importante siempre estar bien informada para elegir bien qué opción es la que más te conviene.