Si bien en la teoría todos los niños y adolescentes deberían tener garantizada una infancia segura y feliz, en la práctica esto no sucede. La violencia en el hogar, el abuso de alcohol, la discriminación por ser de otro país o por salirse de la heteronormatividad o la separación forzosa con la familia son el pan de cada día de muchos menores.
Miguel Ángel Tobías ha dado voz a todos esos testimonios en un emotivo documental que lejos del morbo o el pesimismo, lanza un mensaje de esperanza. Bajo en título de 'El guion de tu vida', ocho veinteañeros narran sus historias de superación y cuentan como pese a todas las dificultades, siempre hay un rincón para la ilusión. A base de perseverancia, optimismo y, en la mayoría de los casos, ayuda profesional, todos estos jóvenes hoy disfrutan de una vida plena.
Génesis Jiménez es una de las protagonistas de 'El guion de tu vida'. Nacida en República Dominicana, su familia decidió volar a España en busca de un futuro mejor: "Cuando vinimos a España creo que tenía entre siete y ocho años, y vinimos por lo que viene la mayoría a otro país. Mi madre quería tener una vida más acomodada para nosotras", explica Génesis.
"Mi padre me decía que mi madre se había ido a otro país para que pudiésemos estar todos mejor y para que pudiésemos tener unos buenos estudios comparados con los que había en mi país", recuerda. "Me daba mucha pena venir. Cuando pasamos la parte de inmigración me acuerdo que mi padre estaba mirándonos desde lejos, diciéndonos adiós y tirándonos besos. Mi hermana se dio la vuelta y recuerdo quedarme parada pensando en qué hacer en ese momento".
Una vez llegó a Madrid tuvo que adaptarse a una vida nueva: "echaba muchísimo de menos a mi padre. Mi madre había conocido a otra persona aquí, y era todo muy complicado para mí. Ese señor no se parecía a mi padre, no nos trataba como mi padre. No nos trataba mal, pero un padre es un padre”, relata.
Todo se complicó cuando en 2º de bachillerato se quedó embaraza de manera no deseada. "Iba a cumplir los 17 en pocos meses y cuando fui al ginecólogo, me dijo que estaba embarazada".
Según la OMS, cerca de 16 millones de chicas de 15 a 19 años y aproximadamente un millón de niñas menores de 15 años da a luz cada año en el mundo. Los embarazos en la adolescencia son una realidad, sobre todo en países con ingresos bajos o medianos. Sin embargo, en España también sucede, aunque sea una situación estigmatizada y ocultada por muchas familias. Concretamente y según los últimos datos del INE, 7.120 adolescentes menores de 19 años fueron madres en 2018 en España, de las cuales 382 eran menores de 15 años.
La maternidad en la adolescencia no es un camino de rosas, pudiendo producirse más secuelas físicas y psicológicas cuanto más joven sea la mujer. Es habitual experimentar estrés, sobre todo si el embarazo no estaba planeado y la madre decide seguir adelante y tener el bebé. Al fin y al cabo, es una situación que cambia drásticamente los planes educativos y formativos de cualquier menor. La transición de rol puede provocar frustración, soledad, ansiedad, depresión e incluso intentos frecuentes de suicidio. Por eso es fundamental que la menor cuente con el apoyo de su familia decida lo que decida, y con asesoramiento psicológico y médico para manejar cualquier posible complicación.
"Mis padres me apoyaron gradualmente", confiesa. La madre de Génesis, que ya sospechaba que algo sucedía, no aceptó muy bien la noticia. "Mi madre me decía que no era el momento para tenerlo. Yo estaba triste, pero también emocionada al pensar que había una vida dentro de mí". Con su padre no fue diferente. "Mi padre ese día salió de casa y no volvió hasta por la noche. No me quería ni mirar a la cara".
Todo cambió cuando Génesis cogió a su hija en brazos por primera vez. "Fue indescriptible. Es algo tan bonito que yo no soy capaz de describirlo. Era un trozo de mí, lo más grande que he hecho en mi vida".
Según los estudios sobre maternidad precoz, las complicaciones durante un embarazo adolescente dependen más del entorno de la menor que de su edad. Es decir, que no son fruto de la inexperiencia o poca madurez, sino de la falta de apoyo familiar, los prejuicios de la sociedad, el abandono escolar, la baja autoestima o la desinformación sobre la maternidad.
Génesis no dejó que estos factores determinasen su futuro. Cogió todas las dificultades y decidió hacerles frente. Ahora, siete años después, tiene un trabajo que le apasiona y una hija a la que adora. Encontró su pasión en la moda y, comenzando desde abajo, se ha convertido en representante. "Antes de tener a mi hija estaba empezando un camino que no era malo, pero tampoco bueno. Tener una hija me hizo despertar, hacer algo con mi vida. Sin ella creo que no habría hecho la mayoría de las cosas. Es como una motivación. Tengo muy presente que si ella no ve que hago cosas, ella no va a hacer nada tampoco".
Puedes ver el testimonio completo de Génesis y del resto de protagonistas en el canal de Yasss en mtmad.