Semen, esperma, ¿¿leche???... hay muchas palabras para nombrar ese líquido viscoso que expulsan todos los machos mamíferos, incluidos los seres humanos. El semen está compuesto por espermatozoides y otras sustancias como plasma seminal, y se produce en el aparato sexual masculino.
El semen es expulsado durante la eyaculación. Se suele expulsar entre 2 y 4 mililitros de este líquido, que contiene, si el semen está en perfectas condiciones, unos 40-50 millones de espermatozoides.
El semen comienza a producirse en la pubertad, más o menos entre los 11 y los 14 años un hombre debería tener su primera eyaculación. Además, los hombres pueden producir semen durante toda su vida a partir de la adolescencia.
Todo esto seguro que te suena de la clase de biología o los talleres de educación sexual. Sin embargo, es necesario saber más. Siempre surgen dudas alrededor de las relaciones sexuales, porque todavía no se habla de ello con total naturalidad y en algunas familias este tipo de cosas aún es un tabú. Por eso hemos recopilado las dudas más frecuentes sobre el semen, para que estés bien informado.
Es una secreción transparente que el pene expulsa antes de eyacular. Antes de que salga el semen, vamos, de ahí su nombre. Su función es lubricar, tanto el canal por el que sale el semen como el exterior del miembro, para ayudar con la penetración, que suele intensificarse cuando se está llegando al orgasmo.
La gran pregunta es si el líquido preseminal puede llevar espermatozoides, es decir, si hay riesgo de embarazo. Y, aunque sea muy bajo, tenemos que decir que hay posibilidades, ya que el líquido preseminal presenta una pequeña proporción de espermatozoides en su composición.
Sí. Cualquier fluido corporal podría ser un riesgo en el caso de que uno de los implicados en la relación sexual tenga una ITS o sea transmisor de algún virus, como el VIH. Además, por cualquier vía habría riesgo de contagio, da igual si el sexo es vaginal, anal u oral.
No es bueno ni malo siempre que sea lo que tú quieres. En el único caso que no deberías hacerlo, aunque quieras, es si hay riesgo de transmisión de un virus o una infección. Pero si todas las partes implicadas estáis en buen estado de salud, es tu decisión. No es obligatorio tragarse el semen, por supuesto, pero tampoco es algo malo para la salud. El semen está compuesto, además de espermatozoides, de fructosa, prostaglandinas, aminoácidos, fósforo, potasio y hormonas, y nada de esto entraña ningún riesgo para tu salud.
Sí, y en principio no es nada preocupante. Aunque los orgasmos masculinos suelen ir acompañados de una eyaculación, puede pasar alguna vez que un hombre tenga un orgasmo pero no eyacule. Esto puede deberse, simplemente, a que los testículos se han vaciado ya de esperma, es decir, que puede llegar a pasar si se eyacula varias veces en un corto periodo de tiempo.
También puede pasar que algún tratamiento farmacológico reduzca los niveles de producción de esperma y el cuerpo, que es muy sabio, decida no eyacular.
Cuando notes que el semen huele raro o sabe mal tienes que empezar a preocuparte. Podría ser síntoma de que algo no está funcionando de manera correcta. Un olor o sabor desagradable puede ser un síntoma de una infección, sobre todo si cambia de color y se vuelve amarillo o verdoso.
¿Alguna vez te has fijado en que nuestros mocos cambian de color? Generalmente son transparentes o amarillo clarito, igual que el semen. Pero cuando estamos acatarrados o tenemos una gripe se vuelven amarillos intenso y verde. ¡Igual que el semen! Si notas algo raro, tienes que ir al médico.
Sí. Uno de los mecanismos más frecuentes del cuerpo humano para autorregularse son las eyaculaciones nocturnas. Mientras estás dormido, y sin necesidad de tener sueños guarrillos ni nada, tu cuerpo aprovecha para liberar el exceso de espermatozoides acumulado.
Por otro lado, también hay un trastorno sexual llamado eyaculación precoz, que consiste en no ser capaz de controlarse ante el estímulo sexual y eyacular demasiado rápido. Si te ocurre, no te preocupes. Uno de cada tres hombres pasa por esto en algún momento de su vida. Influyen tanto factores biológicos como psicológicos, y es algo que puede tratarse.
Seguro que alguna vez has escuchado que se puede donar semen, pero no tienes ni idea de cómo va la cosa. Es más o menos parecido a donar sangre, ¡aunque sin agujas! Si quieres hacerlo, infórmate sobre algún banco de semen en tu ciudad y ten en cuenta que no todas las personas pueden ser donantes. Tu semen debe estar en condiciones óptimas, y eso significa presentar una alta concentración de esperma y unos espermatozoides muy activos. Te harán unas pruebas para comprobar que tu semen es perfecto y, en el caso de que lo sea, solo tienes que masturbarte, eyacular y donar tu semen.