Cuatro chicas hablan sobre su experiencia donando óvulos: "Hay que hacerlo con la mente fría y dejar la moral a un lado"
¿Cualquier mujer puede donar óvulos? ¿Es peligroso? ¿Es doloroso? ¿Te pagan dinero? ¿Puedes donar todas las veces que quieras? Son muchas las dudas sobre la donación de óvulos y por eso hemos querido resolverlas en Yasss
Ainhoa, Reme, Alicia y Laura han compartido sus diferentes experiencias con la donación de óvulos en España
Si buscas "donar óvulos" en Google, lo primero que te encuentras son los nombres de diferentes clínicas que reclaman tu atención aludiendo a lo fácil que es este proceso si te pones en buenas manos, a la solidaridad de donar o al dinero que podrías llegar a ganar. Bueno, bonito y, encima te llevas un pellizquito. Sin embargo, no es todo tan sencillo como lo pintan. Cualquier mujer no es apta para donar, el proceso es largo y sí, la extracción duele o es incómoda. Así lo cuentan Ainhoa, Reme, Alicia y Laura, cuatro mujeres que han compartido su historia personal en Yasss.
La pandemia del coronavirus ha provocado una nueva crisis económica que ha animado a algunas mujeres a pensarse seriamente la posibilidad de convertirse en donante de óvulos, sobre todo por la cantidad de dinero que se recibe a cambio (va desde los 800 y a los 1.000 euros dependiendo de la clínica). Sin embargo, el proceso es bastante desconocido. En España, la donación de óvulos está regulada desde el año 1988, y en la actualidad, el marco legal de la reproducción asistida se recoge en la Ley 14/2006 y RD 412/1996, que describe numerosos aspectos como la edad de la donante, el número máximo de nacidos y el tipo de pruebas que se pueden llegar a realizar.
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La parte positiva de donar óvulos la puedes encontrar fácilmente en las webs de todas esas clínicas privadas que se dedican a la fertilización, es decir, ayudar a tener hijos (a cambio de dinero) a aquellas personas que, por diferentes motivos, no pueden. La parte negativa solo la conocen aquellas personas que se han sometido al proceso, aunque no todas consideran como mala esta experiencia, y algunas, incluso, repiten. Ainhoa, Reme, Alicia y Laura han querido contar cómo les fue a cada una de ellas donando óvulos.
Ainhoa, Reme, Alicia y Laura han donado sus óvulos
Ainhoa tiene 23 años y actualmente trabaja en una conocida cadena de restaurantes como cocinera. Donó óvulos cuando tenía 19: "En ese momento no tenía un trabajo estable, me ganaba algo paseando perros, y me comentaron que donando te daban bastante dinero, y, además, ayudabas a familias que no podían tener hijos por ellos mismos. Así que lo hice".
Reme, que en la actualidad tiene 38 años, también reconoce que donó sus óvulos "por pura necesidad económica. Entre los 19 y los 25 años doné óvulos tres veces, el máximo que me permitieron". Depende de cada mujer y lo que dictaminen los médicos el número total de ocasiones en las que una persona puede someterse a este proceso, aunque lo aconsejable es nunca más de seis. "Lo hice porque desde siempre he arrastrado una precariedad económica considerable. No tengo familia y tenía que ser yo sola la que pagara mis estudios, el piso de alquiler, y todo con curros de camarera".
Lo hice porque me vi bastante necesitada de dinero
Alicia también tiene 23 años y es la segunda vez que dona óvulos. La primera fue en 2017, "fue porque me vi bastante necesitada de dinero, sobre todo en las fechas en las que me encontraba, que casi era Navidad". Fueron sus amigas quienes le hablaron por primera vez de esta posibilidad y decidió hacerlo. Ahora, en diciembre de 2020, ha decidido volver a donar sus óvulos por dinero.
Las tres mujeres coinciden con Laura, manicurista de 33 años que donó a los 26 por necesidades económicas: "estaba en una mala situación y una amiga me habló de ello".
Así seleccionan a las mejores donantes
La escritora Sabina Urraca, que fue seleccionada como donante porque "podría ser hija de cualquier española caucásica media" ya que no es ni muy alta, ni muy baja, ni muy gorda y tiene los ojos claros, según ella misma se describe, denominó este proceso que ella, finalmente, no culminó, como "una explotación vil de mi cuerpo". Las familias que pagan por un óvulo desean que este sea "de calidad", por eso el proceso de selección de las donantes es tan estricto.
"Hice un test donde tuve que dar información sobre mis datos personales, sobre enfermedades que pudiera tener o hubiera tenido, sobre antecedentes familiares... y sobre mis aptitudes como persona, en plan si tenía habilidades especiales, si soy creativa, por ejemplo, y mis gustos y aficiones", explica Laura. "Después hay una entrevista presencial con la doctora y es un poco más de lo mismo, me explicaron cómo es el proceso, me hicieron un análisis de sangre, me pesaron y midieron, porque no puedes pesar más de 75kg, y, por último, pasé una revisión ginecológica".
Ser blanca, con pelo rubio, ojos claros, y más o menos delgada era todo un plus
"El aspecto les importa mucho, de hecho, siempre recordaré que yo como era “blanca, con pelo rubio, ojos claros, y más o menos delgada, era todo un plus", recuerda Reme. "Es más, salió el tema de que los clientes preferían donantes con un aspecto más occidentalizado". Ainhoa, que no tiene ningún problema en decir que realizó la donación en la clínica IVI, comenta que allí es más difícil ser donante porque, además, "te hacen aparte una entrevista psicológica bastante amplia, preguntando sobre ti, tu infancia, cómo crees que llevarías lo de que otras personas tengan bebés con tus genes y un largo etcétera de preguntas".
¿Cómo es el proceso de donación de óvulos?
Las cuatro chicas coinciden en que el proceso es más largo de lo que esperaban, entre dos y tres meses en total. Explica Reme que, una vez pasada la primera parte del proceso de selección: "se realizan diferentes pruebas médicas para conocer tu estado de salud. Cariotipo, para ver los cromosomas, análisis genético con una muestra de sangre que analizan en busca de una amplia muestra de enfermedades genéticas, y así se descartan problemas indeseables, ecografía para comprobar el estado de los ovarios, trompas, útero y demás, y evaluación ginecológica".
"Cuando te llaman para decirte que te han seleccionado", explica Laura, "la doctora te explica que tienes que regular tu ciclo menstrual con el de la receptora, para que vayáis las dos a la par, y para eso tienes que tomar pastillas anticonceptivas". Según ella misma describe, "juegan con tu ciclo, en plan te las tomas dos semanas y las dejas, luego menstrúas y luego las vuelves a tomar otros tantos días... ".
"Una vez salen los resultados de las pruebas", continúa Reme, "comienza la estimulación ovárica. Esto dura unas dos semanas, es un tratamiento hormonal en el que se estimulan los ovarios para el día de la punción. Si con la regla se expulsa un óvulo cada mes, con la estimulación se logra que maduren todos los óvulos. Consiste en pincharte hormonas a diario vía subcutánea. Una vez se comience con las inyecciones, hay que mantener un estrecho contacto con la clínica para un seguimiento de la maduración de los óvulos y se realizan diversos controles, por ejemplo con ecografía".
Cuenta Alicia que ella notó que estuvo "con cambios emocionales muy disparados, discutía o lloraba casi sin motivos, al igual que estaba feliz sin razón, aunque hubiera suspendido un examen el mismo día. El equipo de la clínica siempre estuvo presente y manteniendo una comunicación bastante constante ante cualquier duda o dolencia que yo presentara. Es por esto que me quise someter este año también en el mismo sitio".
¿Duele la punción ovárica?
La última parte del proceso es la punción ovárica, o punción folicular. Es una intervención cuyo objetivo es la extracción de los óvulos. En la información que puedes encontrar en las webs de las clínicas de fertilidad se informa de que es un procedimiento muy sencillo que no tiene por qué durar más de diez minutos, y que se ofrece la posibilidad de hacerlo bajo sedación. ¿Cómo fue para Ainhoa, Reme, Alicia y Laura?
Pero lo que realmente preocupa a las mujeres que se plantean donar sus óvulos es si esta sencilla intervención duele. "Para mí fue bastante doloroso", cuenta Ainhoa, "tanto como para tener que estar tres días sin moverme en exceso y sin poder salir de casa. Pero esto depende de cada persona, a mí la regla, por lo general, me duele muchísimo".
Coincide con ella Laura: "fue dolorosísimo. Conforme pasaban los días de hormonarme me iban doliendo más los ovarios, como en una regla. La mañana de la punción ya me dolía tantísimo que no podía ni ponerme recta y andaba encorvada, como si fuera a explotar, me costaba hasta andar. Fui en ayunas porque me sedaron. Eso sí, fue muy rápido, como quince minutos. Después me llevaron a reanimación, no tardas mucho en despertar, y al rato de despertar te dan comida, y, si te duele mucho, te ponen analgésico. El dolor tan inmenso que tienes te dura unos 3 o 4 días más, como una regla fortísima".
Reme describiría la punción como "incómoda". Para ella fueron mucho peor las semanas anteriores de estimulación ovárica: "La hiperestimulación me tuvo de los nervios y con muchos cólicos por la maduración de los óvulos".
¿Cuánto dinero ganas al donar tus óvulos?
Aunque el proceso se conoce como "donación de óvulos", realmente estás dando algo, pero a cambio de dinero. La compensación económica está estipulada por ley en unos 800 o 1.000 euros, aunque depende de la clínica. Lo que se compensa con ese dinero son las molestias físicas ocasionadas y el riesgo sanitario que puede suponer la punción, además del tiempo invertido.
Enriquece saber que estás ayudando a otras mujeres que quieren ser madres
Las cuatro chicas que han querido contar su experiencia para Yasss corroboran este dato. Tres de ellas cobraron 1.000 euros y la tercera, 900 euros. Para las cuatro, el estímulo era el dinero, que llegaba a compensar el malestar y el dolor provocados, ya que Reme, por ejemplo, llegó a hacerlo hasta tres veces, aunque Alicia también señala que: "enriquece saber que estás ayudando a otras mujeres que quieren ser madres, ya sea por el motivo que sea".
¿Qué necesitas saber antes de tomar la decisión de donar óvulos?
Reme insiste en que, antes de tomar la decisión, las mujeres sean consciente de lo que pueden provocar las hormonas en tu cuerpo: "los peligros médicos que pueden conllevar, y saber que vas a tener que pincharte a diario", y también, que seas consciente de que después de la extracción tienes que guardar reposo: "estuve con pérdidas de sangre varios días, aunque fue en parte culpa mía porque me comentaron que reposara, pero no podía no ir a trabajar".
Ainhoa tiene otro consejo: "yo, antes de hacerlo, me informé muchísimo. Lo hablé con mi médico, con mi ginecólogo... así que después de hacerlo me quedé bastante contenta, también por saber que he ayudado a alguna familia".
Laura concluye con este mensaje para quien se lo esté pensando: "debes informarte muy bien sobre el sitio donde te lo vas a hacer, haz tú también todas las preguntas que necesites saber, desde posibles efectos a largo plazo o cualquier cosa que se les ocurra, y, sobre todo, tienes que hacerlo con la mente fría y dejar tu "moral" a un lado".