Todos hemos escuchado experiencias de lo más diversas respecto a la ‘primera vez’. Hay amigos que la recuerdan como algo traumático, otros que notaron pequeñas molestias pero aun así disfrutaron, y también los afortunados que solo sintieron placer. Sabemos lo que opinan tus amigos, pero la gran pregunta es qué dice la ciencia… ¿Duele o no duele la primera relación sexual?
Para responder a la pregunta de si la primera vez duele o no, primero debemos entender cuáles son los cambios que se producen en nuestro cuerpo.
Son muchos los hombres que se preguntan si van a notar algún cambio tras tener sexo por primera vez. La respuesta es no. Tu pene seguirá exactamente igual, al igual que el resto de tu cuerpo.
En el caso de las mujeres hay mucha desinformación al respecto, ya que históricamente se ha asociado el himen con la virginidad, un término que deberíamos dejar de utilizar.
Lo cierto es que el himen es una membrana tan fina que puede romperse en cualquier situación diferente al sexo, por ejemplo, al darte un golpe o al realizar ejercicio. También hay mujeres que nacen sin himen.
Por otro lado, existe la creencia de que la primera relación sexual tiene la capacidad de “despertar el desarrollo corporal” tanto en chicos como en chicas. Esto es falso. Lo que ocurre es que la mayoría de personas tienen relaciones sexuales por primera vez durante la adolescencia, una etapa en la que se producen ciertos cambios físicos como el desarrollo de los pechos, cambios en la silueta, crecimiento de vello corporal, agravamiento de la voz o la menstruación. Estos cambios pueden tardar más o menos dependiendo de la persona, y no se producen todos a la vez. Hay chicas que tienen su primera regla a los 12 años y cuyos pechos no empiezan a crecer hasta los 16 años.
Como hemos visto, el himen puede romperse mucho antes de mantener relaciones sexuales. Esto puede resultar desconcertante, ya que tendemos a asociar el dolor del sexo con este suceso biológico.
La razón más común por la que la primera vez suele doler son… ¡Los nervios! Sí, como lo oyes. Una reacción psicológica es capaz de provocar sensaciones físicas de lo más desagradables.
Este círculo vicioso de nervios-dolor-más nervios se debe a que:
Por otro lado, la primera vez nos centramos en nuestro rendimiento sexual y no en el placer. Da igual si dura diez minutos o una hora, solemos estar la mayoría del tiempo pensando «¿Lo estaré haciendo bien?», «¿Le gustará a la otra persona?» o «¿Se notará que es mi primera vez?». Al intentar cumplir esas expectativas que teníamos en nuestra cabeza, olvidamos prestar atención a las sensaciones físicas agradables del sexo.
Otro factor que explica por qué la primera vez puede ser decepcionante es la tendencia a considerar la penetración como el punto más alto de la pirámide sexual. En otras palabras, pensamos que si no hay penetración, no cuenta como primera vez.
Este pensamiento es erróneo y muy frustrante. En primer lugar, porque relegamos a un segundo plano prácticas sexuales tan o más placenteras como la masturbación o el sexo oral. En segundo lugar, porque hay muchas mujeres que no encuentran la penetración como placentera, y al tener esta mala experiencia durante su primera vez pueden llegar a pensar que el sexo no les gusta, cuando lo único que no les gusta es esa práctica concreta.
En resumen, la primera vez no tiene por qué doler, sobre todo si dejamos los nervios fuera de la cama, reducimos las expectativas –tanto buenas como malas– y diversificamos las prácticas sexuales.