"El 'fashion sharing' es compartir tu armario sin tener que comprar ninguna prenda", explica Mercedes García, socia fundadora de Ecodicta. Prendas de mejor calidad, con más vida y a un precio que compite con el 'fast fashion'. "Te da la misma sensación de estrenar constantemente, pero sin cargarte el planeta", señala.
Hay una gran variedad de ropa para satisfacer a perfiles variados. "Desde la ejecutiva que tiene muchos eventos hasta una madre sin tiempo para comprarse ropa", dice la estilista Anabela Ventura. Con su asesoramiento, se eligen entre tres y cinco modelos cada mes.
La entrega, a domicilio. "Compensa, porque yo tengo el paquete de tres prendas, son 30 euros. Con eso no podría comprarme ni una, porque son de buena calidad", asegura Elsa Galán, personal shopper y asesora de imagen. Si alguna enamora, a final de mes se compra. Un sector estratégico para uno de los objetivos de las marcas de lujo: ganarse a un nuevo público joven y fresco, más interesado en disfrutar la moda que en poseerla.