Lauren Chalk estaba convencida de que nunca llegaría a ser madre. Cuando era una adolescente, le habían diagnosticado el síndrome de ovario poliquístico. Un síndrome que le había llevado a sufrir dos abortos espontáneos en ocasiones anteriores.
La mujer de Tennessee (EE.UU) recibió el mejor regalo de Navidad que podía esperar, enterarse que iba a ser madre. Una noticia que le pilló absolutamente por sorpresa, a nueve días de dar a luz.
Fue el día de Acción de Gracias cuando Lauren descubrió la buena nueva. Estaba embarazada de 38 semanas. Tras visitar a sus padres en Lousiana, su madre le comentó que le notaba síntomas de embarazada. Algo que confirmó, poco después, un test de embarazo y su correspondiente médico según Fox 13.
Chalk no se había planteado estar embarazada. Estaba acostumbrada a sus ciclos menstruales irregulares desde que era adolescente.