Cuando los aplausos a las ocho se van cada día apagando poco a poco por el plan de desescalada, en Puertollano (Ciudad Real) los vecinos se resisten a que esto termine. Durante un mes a esa hora no solo se ha homenajeado el esfuerzo de los sanitarios, sino que también se ha esperado la aparición de Jaime Coronel y de cómo este vecino de 34 años les llegaría a sorprender un día más.
Durante 29 días seguidos Jaime ha hecho de su salida a tirar la basura toda una fantasía con la que olvidar los peores momentos del confinamiento. Todo empezó cuando se decretó el estado de alarma y este padre decidió poner orden en su trastero y se encontró con un disfraz de Olaf, el muñeco de nieve de Frozen. Por "hacer la tontería" y ante el entusiasmo de su hija Mara de tres años y medio, se lo puso y bajó la basura. Eran las ocho de la tarde, todos estaban en los balcones y este simpático desfile entusiasmó a niños y mayores. Sin imaginarse que tendría tanta repercusión, Jaime observó las reacciones y decidió que cada día se pondría un disfraz diferente para bajar a la calle y así sacar una sonrisa a todos.
Un propósito que consiguió y para el que tenía de partida 20 disfraces acumulados de fiestas y carnavales, aunque él se buscó la manera de hacerse con más. Todos los días tenía que haber sorpresas para la gente: "Hemos hecho en casa nuevos durante la cuarentena y también me he comprado alguno nuevo para tener más recursos", nos confiesa a Yasss este padre que se ha ganado los aplausos de todos.
El ritual de Jaime siempre ha sido el mismo durante los días de encierro: él se enfundaba el disfraz que ese día tocaba y a las ocho salía a tirar la basura coincidiendo con el momento aplausos. Tras dejarse ver con el disfraz de turno, su mujer le grababa desde el balcón hasta que este subía a la terraza para unirse al homenaje a los sanitarios. Eso sí, Jaime siempre seguía disfrazado.
De momia, de penitente con un arcoiris (coincidiendo con el Jueves Santo), de robot, de Jóker o ladrón de 'La casa de papel' han sido algunos de los trajes que este vecino de Puertollano ha sacado a la calle (que se pueden ver en el vídeo que encabeza este artículo) y que luego con una buena sintonía incorporada a la grabación han causado furor en las redes. Él solo se ha bastado para hacer felices a muchos en los largos días de encierro y eso que todavía faltaba por ver lo mejor...
Jaime primero lo hizo solo, pero cuando los niños pudieron salir a la calle el desfile se alargó 9 días más, ahora iba acompañado de la pequeña Mara. Es así como enseñaron sus disfraces a conjunto. Olaf ya no salía solo, ahora una mini Elsa le acompañaba. Lo mismo sucedió con el aplaudido de Bella y Bestia o Ladybug y Cat Noir. Este padre e hija cada vez que pisaban la calle, arrasaban.
Tanto es así que improvisaron una especie de taller en casa para montar nuevos disfraces. "Esto era una ilusión y una forma de hacer más entretenido el tiempo encerrados", tal como nos cuenta. Y, aunque les han salido ideas muy creativas y reivindicativas (como cuando Jaime salió disfrazado de casa para animar a que la gente no saliera a la calle) él tiene unas claras preferencias de cuáles son sus disfraces favoritos: "Son dos, uno por la ilusión con la que lo hicimos mi madre y yo para que se pudiera disfrazar Mara de su princesa favorita en este carnaval que es el mío de Olaf y, por supuesto, el otro es el de de Goku".
Independientemente de las preferencias, todas sus creaciones han sido un éxito por el fin con el que se han hecho. Tanto es así que una empresa se ha puesto en contacto con él para darle nuevos trajes y que él y y Mara sigan luciéndolos en las calles: "Estoy muy agradecido a la empresa Funidelia porque han mostrado mis vídeos y les han dado mucha difusión, además de habernos regalado disfraces para mi niña y también para mí", nos cuenta.
Su desfile de Elsa y Olaf, la Bella y la Bestia, Rapunzel y Pascal o Goku y Gohan entre otros muchos ha sido aplaudido por todos y cuando Jaime ya había decidido que por el cambio de hora y todo el tiempo que llevaba de trajes y disfraces su tradición tenía que terminar se vio sorprendido en la calle por los mismos sanitarios de Puertollano que también querían homenajear la iniciativa de este padre. "Fue muy emocionante", nos confiesa y añade que "ha sido un detalle más que me ha marcado junto con la alegría siempre de los vecinos".
Para él este periodo en el que parece que se nos había parado el tiempo "¡ha sido la leche!" porque de esta crisis muchas cosas ha aprendido. Jaime lo tiene ahora más claro que nunca: "Hay que disfrutar más de lo que tenemos alrededor porque pueden llegar momentos en los que nos arrepentiremos por no haber hecho millones de cosas junto a ellos". Y eso es precisamente lo que él ha hecho con su familia
Este padre ha regalado ilusiones a su niña y a todo un vecindario y eso ha sido una ayuda muy grande para soportar los días más difíciles. Si le preguntamos si lo repetiría, no se lo piensa ni dos veces: "Hay que ser felices e intentar ayudar a los demás aportando todo lo que esté en nuestras manos". Si eso es a base de disfraces y desfiles, "¡bienvenido sea siempre!" Y eso es lo que él ha hecho cada día en su cita particular a las ocho de la tarde.