Sobre el sexo bueno y galante no es que haya demasiadas reglas escritas (salvo la del consentimiento y la de no ponerse calcetines mientras juegas a cosas de mayores). Ocurre lo mismo con el número de parejas sexuales que tenemos a lo largo de nuestra vida. Ninguna cifra es mejor que otra, porque cada unx de nosotrxs debemos vivir la sexualidad a nuestro ritmo, y por más que el criptocapitalismo de las citas quiera convertirnos en sementales exitosos y Calpurnias desatadas en las artes amatorias, y nos asegure al oído que cuantos más cuerpos consumamos, mejor, en realidad no hay una cifra concreta en la que unx pueda decir: ya está, he cumplido. Mal harás si te dejas guiar por los dictados sociales y no experimentas el amor y el sexo a tu ritmo. Cuidado has de tener con escoger bien, y dejar de caer en las redes de personas que, en realidad, no te gustan.

Eso sí, la pregunta llega, tarde o temprano, en función de cómo de satisfechxs nos sintamos con nuestro historial amoroso. ¿He tenido más encuentros que otrxs? ¿Estoy en la media? ¿Cuántas parejas sexuales tienen a lo largo de la vida mis congéneres?

Todo es cuestión de números y de mentiras, y el sexo no es una excepción. Por exceso o por defecto, todxs tendemos a embellecer y crear(nos) un gran relato sobre nuestro historial amoroso, y esto también incluye las confesiones con nuestra gente cercana, algo que tarde o temprano llega en una conversación con amigxs subida de tono o alguien que nos pregunta: ¿Qué tal tu cita Tinder de anoche? ¿Saliste huyendo? ¿Te invitó a su casa a tomar un colacao? ¿Ghosting otra vez?

Aquí la cuestión se calienta al rojo, como ha demostrado cierta dinámica sociológica digna de estudio. La forma de hablar, censurarse o exagerar con las parejas sexuales es muy distinta en ambos sexos, incluso rozan, por un momento, el mensaje machista de aquel famoso libro titulado “Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus”.

Según recoge un estudio de Yo Dona, la matemática y el recuento que los hombres hacen de sus noches de cama tiene un puntito ególatra y suelen agrupar sus parejas sexuales grosso modo, haciendo un cómputo global a la alza, mientras que, en el caso de las mujeres, sucede justo lo contrario: ellas restan, en lugar de sumar. Suelen omitir relaciones insatisfactorias, polvos extraños y citas de Tinder desastrosas con un leve aire a película de terror.

La ecuación no está completa si se aborda el machismo interiorizado y el permafrost eterno del patriarcado: a ellos, sanos hijos de la promiscuidad, se les ha enseñado a presumir socialmente de su “body count”, como afirmaba hace poco un Tiktoker apenas evolucionado del mono. Ellas se llevan la peor parte: el juicio y la vergüenza. Según han demostrado diferentes estudios y encuestas, muchas mujeres suelen ocultar o tirar a la baja su número de parejas sexuales, por miedo a ser juzgadas.

En 2019, la revista Journal of Sex Research publicó una investigación en la que se entrevistaba a más de 15.000 británicos con edades comprendidas entre los 16 y los 77 años, con una proporción casi idéntica de hombres y mujeres. Suponiendo que ellos no mintieran, exageraran (o hicieran una sesión en vivo e mainsplaining), las cifras quedaron así: para las edades más bajas de la tabla, el promedio era de 14 parejas sexuales en el caso de ellos, y 7 en el caso de ellas. En la zona que correspondía a los de más edad, 110 en el caso de ellos y menos de la mitad en el caso de ellas.

Norman Brown, otro psicólogo, esta vez de la Universidad de Brown, aporta sus propias cifras, con una diferencia todavía mayor en el número de parejas sexuales. Frente a las 38,1 de ellos, ellas apenas llegaban a 8,6. A todxs lxs participantes del estudio, más de 3500, les hizo la misma pregunta: ¿Cuál consideras que es el número de parejas sexuales que toda persona debería tener a lo largo de la vida? La respuesta fue similar en ambos sexos: un 10, redondo. Esa también es la cifra con la que concluye un estudio de la Sociedad Española de Ginecología realizado a casi 10.000 mujeres en edad fértil.