Los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna se disputaron en 1896 en Atenas gracias a la aportación de Pierre de Fredy, barón de Coubertin, que impulsó la creación del Comité Olímpico Internacional (COI) como órgano dirigente y organizativo.
Uno de los primeros problemas que surgieron, y que sigue aún vigente, fue la cuestión del amateurismo, ya que Coubertin no quería ningún atisbo de profesionalismo en los Juegos. De esta manera, se acordó no entregar medallas de oro, sino de plata y bronce para los dos primeros. El oro no se introdujo en los Juegos hasta la edición de Londres en 1908.
El 6 de abril de 1896, el Rey Jorge I inauguró los Juegos ante el entusiasmo de las 70.000 personas que abarrotaron el Estadio Olímpico de Atenas. Tomaron parte en las competiciones 311 atletas de trece países, en las disciplinas de atletismo, gimnasia, ciclismo, esgrima y tiro. No hubo participación española ni tampoco femenina.
Los estadounidenses dominaron las pruebas de atletismo, la gran atracción, ante el desencanto del público asistente, aunque el griego Spiridón Louis, de 18 años, se proclamó vencedor en la carrera de maratón sobre el mismo recorrido utilizado en el año 490 a.C. por el mítico soldado Filípides para dar cuenta de la batalla de Maratón. En gimnasia, el equipo más potente fue el de Alemania.
Los Juegos Olímpicos de Atenas resultaron un gran éxito, en el año en el que se celebraba el 75 aniversario de la declaración de la independencia griega.
París fue el escenario de los segundos Juegos de la historia, rodeados de la aureola de fracaso histórico al coincidir con la grandilocuencia de la Exposición Universal, que acogió algunas pruebas como las atléticas. Participaron 1.330 deportistas procedentes de 22 países.
Las pruebas olímpicas se disputaron desde mayo a octubre y algunos vencedores tardaron en recibir sus premios varios años e, incluso, se enteraron de su participación por la prensa. Por primera vez participó la mujer, siendo la primera campeona moderna la inglesa miss Cooper, que venció en la final individual de tenis a la francesa Prevost.
El atleta más destacado de los Juegos fue Alvin Kraenzelin, estadounidense de ascendencia germana, que a la edad de 17 años tenía ya en su poder los récords mundiales de 110 y 200 metros vallas. Poco después conseguiría además el de salto de longitud.
Con estos antecedentes Alvin tuvo una fulgurante actuación en París, en donde venció en las pruebas de 60 metros, 110 metros vallas, 200 metros vallas y salto de longitud.
En París participaron por primera vez deportistas españoles, que asistían por sus propios medios: cuatro remeros, dos pelotaris y el aristócrata Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, Marqués de Villaviciosa, que se clasificó en segundo puesto en la especialidad de 'Game Shooting', equivalente al tiro al pichón, tras el australiano McKintosh, y fue el primer medallista español de la historia, según el COE.
En esa edición también lograron el oro, el primero también del equipo nacional, los pelotaris Amezola y Villota en dobles de cesta punta de pelota vasca.