Fathy y Filisteen, dos crías de león que han conquistado Gaza: un joven panadero las ha adoptado
El joven las acogió procedentes de un zoológico
Se han convertido en las reinas de un barrio de Gaza
Los expertos advierten: cuanto más crecen aumenta el peligro
Los protagonistas de esta historia son dos crías de león, que han sido adoptadas por un joven panadero de la franja de Gaza, en territorio palestino. Él asegura que, a pesar de las dificultades, puede cuidarlos, pero los expertos piden que sean las autoridades quienes se ocupen.
Los animales acaparan todas las miradas. No serán los reyes de la selva, pero sí de este barrio de Gaza. Se llaman Fathy y Filisteen, macho y hembra, que como buenos hermanos no hacen más pelear, a zarpazo limpio, pero con cariño.
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Se pasean a sus anchas por las azoteas y los niños, encantados. Ni presumiendo de colmillos consiguen impresionarles. Tampoco a su dueño, que los acogió cuando eran unas crías y que asegura que ha creado una especie de armonía con ellos. Llegaron a él procedentes de un zoológico y ahora es este panadero quien sueña con formar su propia familia animal, y tener su propio zoológico.
Ahora se alimentan de pollo, pero no es la dieta habitual de un león. Y aunque por ahora su rugido provoque más ternura que miedo, los expertos advierten: cuanto más crecen, más aumenta el peligro. Pero ellos, ni se inmutan, convencidos de que no son tan fieros como los pintan.
Los grupos de animales consideran múltiples factores antes de luchar
Los grupos de animales consideran múltiples factores antes de decidir si luchar contra rivales, y no solo valoran el tamaño y la fuerza del oponente.
Un nuevo estudio de las universidades de Exeter y Plymouth, publicada en la revista 'Trends in Ecology & Evolution', advierte de que la investigación anterior a menudo ha pasado por alto la complejidad de los conflictos grupales y asumió que los grupos más grandes siempre ganarán.
En cambio, los autores de la nueva investigación resaltan que factores como la cohesión del grupo y el trabajo en equipo, la fuerza de los miembros individuales y el lugar de la batalla probablemente juegan un papel, y los grupos de animales sopesan la situación antes de pelear.
"Cualquier pelea potencial, ya sea entre humanos o animales, se vuelve más compleja si hay varios individuos en cada lado --señala en un comunicado el autor principal, el doctor Patrick Green, del Centro de Ecología y Conservación en el campus Penryn de la Universidad de Exeter en Cornwall--. Los grupos pueden evaluar tanto la importancia de aquello por lo que están peleando como una variedad de factores sobre su propio grupo y el oponente".
"La investigación sobre las peleas diádicas (uno a uno) ha desarrollado un marco avanzado sobre 'evaluación': cómo los animales recopilan información y deciden si pelear, cuánto esfuerzo hacer, y si hay que darse por vencidos y cuándo --prosigue--. Sin embargo, los estudios sobre competiciones grupales entre animales de vida social no se han centrado generalmente en la evaluación. Comprender más sobre esto puede enseñarnos no solo sobre la evolución, sino también sobre los conflictos en los seres humanos".