Tinder o adoptar un animal: tres jóvenes explican qué les ha hecho lleva mejor un desamor
Es fundamental aceptar las emociones, no obsesionarte con tu expareja y aprender a ser independiente
Aunque nos gusta pensar que nuestras relaciones durarán para siempre, lo común es que la llama se apague, sobre todo cuando somos más jóvenes e inexpertos. Se podría decir que el desamor es parte de la vida y aprender a gestionarlo es un proceso necesario que nos ahorrará muchos disgustos. Sin embargo, podemos ser muy racionales en la teoría, pero a la hora de la verdad ni todo el helado del mundo nos quitará las lágrimas. Por eso hemos recopilado los consejos de tres veinteañeros que acaban de superar una ruptura.
No hay una ruptura perfecta, pero los expertos recomiendan seguir una serie de pautas para hacer el proceso más llevadero.
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- Aceptar las emociones en vez de reprimirlas. Es normal estar triste, decepcionado o enfadado, no debes culpabilizarte por sentirte así.
- No te obsesiones con tu expareja. A veces lo mejor es cortar el contacto durante un tiempo prudencial para evitar conductas obsesivas como cotillear sus redes sociales, releer las conversaciones o anclarse al pasado.
- Recoloca emocionalmente a esa persona. Te vas a dar cuenta de que tu expareja tenía un papel muy importante en tu vida, y durante las primeras semanas serás consciente de lo mucho que le echas de menos. Aprende a llenar esos vacíos con cosas que te llenen.
A veces los mejores consejos provienen de personas que están viviendo una ruptura o que la han vivido recientemente, por eso hemos preguntado a varios lectores cómo han gestionado el desamor en primera persona.
Marta (23 años):
"Llevaba con mi ex desde que empecé la universidad, así que cuando me dejó el año pasado fue un palo muy duro. Todos los amigos que tenía en la ciudad eran en común con él, y al final todo me recordaba a la relación. Lo pasé fatal.
Al principio intenté conocer gente nueva y seguir con mi vida, pero era una ciudad muy pequeña y al final acabábamos encontrándonos de fiesta.
Aprovechando que estaba un poco perdida en la vida decidí romper con todo y marcharme a estudiar un máster a otro sitio. Tenía esa idea en la cabeza desde que estaba en la universidad, pero el hecho de tener pareja me retenía un poco. Pensé “ahora o nunca”, así que me matriculé y me fui a la otra punta de España.
Fue lo mejor que podía haber hecho. Conocí gente nueva, aprendí a estar sola y me olvidé de mi ex por completo. He madurado como persona y me he dado cuenta de que a veces tenemos que perseguir nuestros sueños en vez de dejar que una persona nos estanque".
Gonzalo (22 años):
"Cuando mi ex y yo lo dejamos, cometí un error. Empecé a salir con muchos chicos. Me descargué Tinder y cada fin de semana acababa con alguien nuevo. Era como si intentase mantenerme ocupado para no pensar en lo mal que me sentía, o como si quisiese demostrar que lo había superado cuando era obvio que no.
Un día mi mejor amiga me dijo que lo que estaba haciendo era autodestructivo, que cada vez estaba peor y que esa no era forma de superar una ruptura. Al principio me enfadé, pero tras pensarlo me di cuenta de que tenía razón.
Decidí pasar un tiempo sin pareja y sin enrollarme con nadie, conociéndome mejor a mí mismo. También empecé a ir al psicólogo, algo que recomiendo a todo el mundo. Sin duda estas dos cosas me ayudaron a superar esa racha tan mala y a descubrir lo que quería en la vida".
Chema (26 años):
"Para mí la ruptura fue horrible. Me enteré por unos conocidos que me había puesto los cuernos durante varios meses y todo fue durísimo. Acabé destrozado, porque yo me lo veía venir, pero decía que no, que eran paranoias mías. Nos bloqueamos en WhatsApp, Facebook y demás, y si nos veíamos por la calle ni nos saludábamos, pero yo seguía mal.
Como mi ex tenía alergia a los gatos, nunca habíamos podido adoptar uno. Aprovechando que me había quedado yo solo en el piso, hablé con una protectora de animales y empecé a informarme. Primero colaboré con ellos y luego adopté a un gatito que es lo mejor que me ha pasado.
Volqué todo el dolor que sentía ayudando a los animales y eso me hizo mejorar muchísimo. Su amor incondicional, la bondad que tienen, lo leales que son… Todo eso me ayudó a superar aquel mal momento.
Ahora tengo en casa al gatito que adopté y un perro de acogida. Es fantástico ayudar a los animales y darlo todo por ellos, y si no puedes adoptar, siempre puedes colaborar en cualquier protectora".
Y a ti, ¿qué te ayudó a superar tu ruptura?