Alberto ha apostatado y no es tan difícil como parece: todos los pasos que hay que seguir para conseguirlo

  • ¿Qué es lo que tienes que hacer si quieres apostatar en España? Existe la "leyenda urbana" de que es un trámite realmente complicado y que la Iglesia no lo pone nada fácil

  • Apostatar es algo laborioso (él tardó dos meses en realizar todo el proceso) pero si cumples bien todos los pasos, no es más que otro proceso burocrático lleno de papeleos

  • Alberto explica qué es apostatar y por qué ha querido renunciar oficialmente a la fe cristiana

Aunque cada vez son menos los niños nacidos en España que reciben el sacramento del bautismo, para los que nacieron hace unas décadas era lo más normal del mundo. No importaba si la familia era muy creyente o no, lo esperable era que pocos meses después de su nacimiento el bebé fuera bautizado.

Según la Memoria de actividades de la Iglesia de 2012, en España había un total de 34.496.250 personas bautizadas, una cifra superior a la mitad de la población. Sin embargo, el número de niños bautizados en España ha ido descendiendo progresivamente. En 2012 hubo 268.810 nuevos bautizos mientras que en 2018 solo se realizaron 193.394. También llama la atención que, mientras que la web de la Conferencia Episcopal sí recoge el número total de bautizados, aún no haya ninguna cifra oficial sobre la cantidad de españoles que han decidido abandonar la Iglesia Católica, es decir, que han apostatado.

Los bebés no pueden elegir ser bautizados, es una decisión que recae sobre sus familias, pero los adultos sí pueden elegir renunciar a una fe que le fue impuesta sin su consentimiento. Lo que ocurre es que apostatar no es tan sencillo como bautizarse, aunque, al menos, no hay que comprarse un modelazo para hacerlo, y algunas personas ni siquiera saben que existe esa posibilidad. Alberto Fernández ha compartido en Yasss su experiencia apostatando.

Alberto renunció a su fe porque ya no se considera creyente

"Cuando yo nací bautizaban a todos los bebés, casi como si fuera obligatorio, aunque la familia no fuera realmente creyente", cuenta Alberto, un chico zamorano que, a sus 32 años, ha tomado la decisión de que quería apostatar. "Esto a la Iglesia le viene genial, que lo hagan cuando tú eres bebé, porque así no puedes protestar, y te contabilizan como una persona más dentro de su organización religiosa", opina.

No comparto para nada las doctrinas de la Iglesia ni los privilegios que tiene en este país

A pesar de la cifra total de bautizados en España, según el último barómetro del CIS de 2019, solo 1 de cada 3 españoles son creyentes en la actualidad. Precisamente esta ha sido la razón por la que Alberto decidió comenzar el proceso de apostasía: "Lo he hecho por coherencia. No me considero creyente, aunque he sido educado en la fe católica, pero me he convertido en un adulto ateo. Y, además, no comparto para nada las doctrinas de la Iglesia ni los privilegios que tiene en este país, ni su ideología ultraconservadora y sus posiciones en temas como la homosexualidad. Como esto no está en mi línea de pensamiento, no quiero estar ahí".

Todavía hay mucha gente que no sabe que tiene la posibilidad de renunciar a tu fe de manera legal para dejar de formar parte de una institución religiosa, pero es que aquellos que sí saben que pueden hacerlo tampoco tienen muy claro en qué consiste el proceso. Además, existe la "leyenda urbana" de que es un trámite realmente complicado y que la Iglesia no lo pone nada fácil. Alberto está dispuesto a desmentir esto con su ejemplo: apostatar es algo laborioso (él tardó dos meses en realizar todo el proceso) pero si cumples bien todos los pasos, no es más que otro proceso burocrático lleno de papeleos más. Como pedir una beca: sabes que va a ser un lío pero merece la pena.

¿Cómo se apostata en España?

Alberto ha comprobado que para apostatar solo necesitas unos cuantos papeles, unas pocas visitas a iglesias y sedes episcopales y, sobre todo, paciencia. La clave está en informarse bien sobre cada uno de los pequeños pasos para no dejarse nada a medias y alargar aún más el proceso: "El primer paso para apostatar es obtener tu partida de bautismo, que suele estar en la parroquia en la que te bautizaron", explica Alberto. "Tienes que personarte allí y pedirlo, no hay otra manera de hacerlo, y tienen la obligación de dártela porque son tus datos. En algunas parroquias cobran por darte este papel, pero a mí no me cobraron nada", explica Alberto. "Después, tienes que validar la partida en la sede de tu diócesis, que en mi caso era la de Zamora, así que tienes que llevarlo allí para que te lo firmen". Si no sabes a qué diócesis pertenece la parroquia en la que te bautizaron solo tienes que googlearlo o preguntárselo al mismo cura que te dio tu partida de bautismo.

"Mientras que la partida de bautismo está en la parroquia en la que naciste", continua Alberto, "tienes que presentar todos los papeles para apostatar, que son tres en total, en la diócesis en la que resides. Así que yo me tuve que traer mi partida de bautismo a Madrid. Una vez que estás en la diócesis en la que resides actualmente necesitas la partida de bautismo, compulsar tu DNI, que es un pequeño trámite que se hace en cualquier comisaría, y también un formulario rellenado que puedes encontrar ya preparado en la página apostatar.org". Esta web ofrece ayuda gratuita para todas las personas que quieran apostatar.

"Yo preferí entregar estos tres documentos en persona, aunque también lo puedes enviar por correo certificado", relata Alberto. "Al llegar allí explicas que quieres apostatar y te suelen pasar con una persona que se encarga de esto. En el caso de la archidiócesis de Madrid se trata del notario eclesiástico. Yo le entregué todos los papeles y le pedí que me firmara un recibí por si acaso. Además, os recomiendo hacer fotocopia de todo lo que se entrega", aconseja.

Al parecer, sí es cierto que la Iglesia insiste en que no te vayas: "Una semana después de entregar todo el papeleo me llegó una carta a casa avisándome de todo lo que me perdía si me iba de la Iglesia Católica. Por ejemplo que no podría ser padrino de nadie, que no me podría casar por la iglesia... Pero es que es lógico, si no crees pues no te vas a casar ante Dios. Y si no crees, tampoco le vas a tener miedo al infierno por haber renunciado a la fe".

Según cuenta Alberto, con esta carta te hacen llegar un último formulario que debes rellenar y volver a enviar: "Aquí hay un pequeño truco. Te piden que esté firmado por el párroco más cercano a tu domicilio o por un notario eclesiástico, pero hay que recordar que el hombre que se encarga de cogerte los papeles en el obispado es notario eclesiástico, así que te lo puede firmar él. Además, en este último formulario te piden datos que solo aparecen en la partida de bautismo, pero como hemos sido muy listos y nos hemos hecho unas fotocopias, lo tendremos todo a mano para poder rellenarlo".

Igual que se celebra un bautizo o una comunión, yo he celebrado el haber apostatado

Una vez entregado este último formulario ya solo hay que esperar a que te llegue una nueva carta que confirma que ya no figuras en los archivos de la Iglesia. Esa carta también será enviada a la parroquia donde se guarda tu partida de bautismo para que le añadan la nota de que esa persona abandonó la fe católica. "Realmente fue una satisfacción personal recibir el certificado que dice que ya no formo parte de la Iglesia", concluye Alberto. "Igual que se celebra un bautizo o una comunión, yo he celebrado el haber apostatado".

Resumen de cómo apostatar

  1. Consigue tu partida de bautismo, que estará en la parroquia en la que te bautizaron, y después acude a la sede de la diócesis (u obispado) a la que pertenezca esa parroquia para que te validen el documento.
  2. Presenta la documentación en la sede de la diócesis en la que resides, en persona o por correo certificado. Esa documentación es: copia validada de la partida del bautismo, copia compulsada del DNI y formulario de apostasía. Se recomienda hacer una fotocopia de todo antes de entregarlo.
  3. ¡Pide un recibí para que quede prueba de que tú entregaste todo!
  4. Rellena el último formulario que te envían por carta después de haber entregado los primeros papeles. Este último formulario debe de estar firmado por tu párroco o por un notario eclesiástico. En algunos obispados la misma persona que te recibe es el notario eclesiástico.
  5. Espera a que te llegue una nueva carta con el certificado de haber apostatado. Hasta que no obtengas este certificado no habrás concluido el proceso, así que es necesario que lo recibas.