Si tu un buen amigo o amiga te dijera que su nueva pareja no le ha presentado a nadie todavía pese a que llevan saliendo bastante tiempo, te saltarían todas las alarmas. Automáticamente pensarías que está haciéndole pocketing o, en castellano, que le está escondiendo porque se avergüenza. Pero, ¿y si la razón no es esa?
Esther conoció a su novio a través de una aplicación para ligar hace tres meses. Comenzaron a hablar, a quedar y a enamorarse el uno del otro hasta que el mes pasado decidieron poner la etiqueta de ‘pareja’ a la relación. A lo largo de este tiempo, él le ha presentado a todo su círculo social, pero ella no. ¿Por qué?, te preguntarás. El problema es la autoestima de Esther.
“Me da mucho miedo que piensen que qué hace un chico como él con alguien como yo”, comparte la joven de 23 años, “así que pongo excusas”. Aunque ella si conoce a algunos amigos de él y a sus padres, en la medida de lo posible evita los planes con más gente. “Si me dice de quedar con sus amigos pongo excusas. Pienso que se van a reír de mí y que cuanto menos me vean, mejor”, relata.
Esta dinámica al principio pasaba desapercibida, pero su novio ha empezado a notar que algo no va bien. “El otro día me preguntó si todo iba bien o si algo le molestaba de la relación y me sentí muy mal. No quise reconocerlo por vergüenza”, confiesa.
Esther se encuentra en un círculo vicioso de culpabilidad y miedo que está afectando a la relación. La gran pregunta es, ¿hay solución?
Aunque la baja autoestima es algo que sufre uno en su propia piel, lo cierto es que también tiene efectos en las relaciones que le rodean. Puede afectar al trabajo, a las amistades y, por supuesto, a la hora de ligar o de construir una relación de pareja sólida.
Algunas señales de que la baja autoestima está afectando a tu relación de pareja son:
La baja autoestima no es algo inamovible. Se puede trabajar, a veces por tu cuenta y a veces con la ayuda de una psicóloga. En cualquier caso, el apoyo de la gente que te rodea va a ser fundamental, sobre todo de tu pareja. Al fin y al cabo, es una de las personas con las que más tiempo pasas y si bien no es su responsabilidad “sanarte” –recordemos que nuestra pareja no es nuestra psicóloga ni debe serlo–, sí que puede apoyarte y motivarte a mejorar.
Para mejorar tu autoestima y tu relación de pareja de forma simultánea, el primer paso es hacer un ejercicio de autoconocimiento. Párate a pensar en tus inseguridades. ¿Cuáles son las cosas que no te gustan de tu físico y/o de tu forma de ser? Después, intenta buscar el origen de esas inseguridades: falta de apoyo de tus padres, bullying en el instituto, primeras relaciones tóxicas, etc.
Este proceso de autoconocimiento es largo y a veces duro. No empieces con la idea de que en unos minutos vas a lograrlo, porque puede llevarte días, semanas o incluso menos. Y si por tu cuenta no logras entender lo que sientes, pide ayuda profesional.
A medida que te vas conociendo más y mejor, haz partícipe a tu pareja. Tienes que comunicarte de una forma sincera: explícale cómo te sientes, cuáles son tus problemas de autoestima, cómo te están afectando a nivel personal y en la relación, y qué estás haciendo para mejorar esa faceta de tu salud mental.
Muchas veces nos da miedo asustar a nuestra pareja, pero las relaciones sanas y sólidas se construyen mediante conversaciones serias y, a veces, incómodas. Reconocer tus vulnerabilidades no le va a alejar de ti. Ayudará a que te conozca mejor y a que puedas ser tú mismo/a en la relación. Eso te quitará un gran peso de encima.