Cinco motivos por los que el orgasmo masculino tarda o no llega
Una psicóloga propone varias recomendaciones para que la eyaculación retardada de la pareja no afecte a tu autoestima
Lorena lleva siete meses con su pareja, un chico divertido, inteligente, cariñoso y amable. Todo va bien, pero en el sexo no terminan de encajar. El problema es que, como ella relata, “le cuesta correrse”. “Él dice que siempre le ha pasado y yo intento no sentirme insegura, pero a veces me rayo pensando que no le pongo lo suficiente. Él dice que no tiene nada que ver, que claro que le pongo”, confiesa la valenciana de 28 años.
Lo que le ocurre al novio de Lorena tiene nombre: eyaculación retardada, y le ocurre al 25% de los hombres en algún momento de su vida según la Asociación Americana de Psiquiatría.
La eyaculación retardada es, como hemos visto, muy habitual, afectando a 1 de cada 4 hombres. Se trata de una condición normalmente pasajera, y a más importancia le demos, más probable es que se cronifique o, en otras palabras, que se vuelva algo problemático y persistente.
En cifras, solo el 1% de la población masculina tiene un trastorno de eyaculación retardada. Ya no es algo pasajero, sino un problema sexual que puede ser o bien físico, o bien psicológico.
Los criterios para considerar problemática la eyaculación retardada son:
Es habitual. Casi siempre que mantenéis relaciones sexuales (el 75-100% de las veces), tu pareja tiene un retraso en la eyaculación o no llega a eyacular.
Es incontrolable. No es que voluntariamente quiera tardar en eyacular.
Es incapacitante. La eyaculación retardada hace que tu pareja se sienta psicológicamente mal y repercute negativamente en vuestra relación.
Es duradera. Para considerar la eyaculación retardada como un problema serio, debe haberse mantenido durante 6 meses.
La mayoría de los casos no encajan con estos criterios, ya que suelen ser problemas pasajeros de rendimiento sexual. Igual que a veces alcanzamos el orgasmo antes, también podemos tardar más tiempo. No es algo problemático ni malo, y por supuesto no debemos ni culpar a nuestra pareja, ni culparnos a nosotros mismos.
¿Por qué mi novio tarda tanto en correrse?
La eyaculación retardada no tiene siempre una causa. Igual que hay días en los que tú no tienes muchas ganas o te cuesta más excitarte, tu pareja puede sentir lo mismo.
En otros casos, el retraso de la eyaculación se debe a:
Ansiedad. La ansiedad es el motivo más habitual por el que el orgasmo desaparece. Cuando tenemos preocupaciones en nuestra cabeza, es imposible centrarnos en el placer.
Fatiga emocional o física. Si tu pareja está cansada porque ha tenido un día muy duro a nivel psicológico, o porque está agotado físicamente, quizá tardará en eyacular más que de costumbre. Esa eyaculación retardada puede mantenerse durante varias semanas si el cansancio es mantenido en el tiempo (por ejemplo, porque tiene un trabajo muy exigente o está de exámenes).
Preferencias sexuales. Cada persona tiene unos gustos en la cama, y muchas veces nos es más fácil tener un orgasmo con determinadas prácticas (penetración, sexo oral, masturbación, sexo anal, etc.), o con algunas posturas.
Costumbres masturbatorias. Algunas personas se acostumbran a un tipo de estimulación muy concreta durante la masturbación, y por eso en pareja son incapaces de lograr el orgasmo. Por ejemplo, se masturban de forma muy intensa y rápida, o necesitan pornografía para lograr el orgasmo.
Expectativas y presión. Todos queremos causar buena impresión a nuestra pareja, sobre todo las primeras veces. Eso hace que nos presionemos y que queramos rendir perfectamente, y nuestra autoexigencia puede acabar boicoteándonos.
Cómo gestionar la eyaculación retardada de tu pareja
Como acabamos de ver, son muchas las causas que provocan eyaculación retardada y ninguna es que tú ya no le excites. Al contrario, es muy posible que le excites y que quiera satisfacerte, presionándose a sí mismo y bloqueándose.
Lo fundamental es una buena comunicación en pareja. Hablad de la eyaculación retardada sin vergüenza, averiguad juntos la causa, pregúntale cómo se siente al respecto y explícale cómo te sientes tú.
Soluciones para reavivar el deseo sexual
Tras haber tenido esa conversación, pasamos al siguiente paso: potenciar las claves eróticas de los encuentros sexuales.
Hay dos tipos de claves durante el sexo:
Claves asociadas al rendimiento: giran en torno a si tú o tu pareja estáis “rindiendo adecuadamente”. Por ejemplo, preguntarle constantemente si está bien, si le está gustando o si le queda mucho.
Claves eróticas: giran en torno al placer.
Las claves eróticas se deben implementar antes, durante y después del sexo.
Antes del sexo eliminando los relojes y silenciando el teléfono para evitar cualquier presión añadida. También podéis poner lubricante o algún juguete sexual a vuestro alcance.
Durante el sexo centrándoos en el placer sin presiones. El orgasmo no tiene que ser el objetivo. Podéis incluso parar de vez en cuando antes de que llegue. Cultivad la intimidad, el sentiros cómodos juntos, la confianza y el placer con diferentes prácticas sexuales y posturas.
Después del sexo hablando con naturalidad y mimándoos. Esto es lo que se conoce como after care, y ayuda mucho a mejorar tanto vuestra vida sexual como vuestra relación.
En último lugar, no podéis tratar la eyaculación retardada como un tema tabú, pero tampoco es conveniente que todas las conversaciones giren en torno a ese tema porque aumentará la presión y la culpabilidad. Si a tu novio le cuesta llegar al orgasmo de forma puntual, no pasa nada. No es que él no se esfuerce ni que tú no le excites.
¿Cuándo hay que ir a un profesional?
Cuando la eyaculación retardada lleva presente muchos meses.
Cuando la eyaculación retardada se produce en diferentes situaciones. Por ejemplo, durante el sexo en pareja y durante la masturbación.
Cuando la eyaculación retardada aparece de repente y no hay ninguna causa aparente.
Cuando hay otros síntomas: dolor en glande, pene o testículos, hormigueos, molestias al orinar, etc.
Cuando hay malestar psicológico. Si la eyaculación retardada afecta a tu salud mental o perjudica tu relación, pide ayuda profesional.
Si cumples cualquiera de estos puntos, habla con tu médico para descargar un origen físico, y ponte en manos de un psicólogo para conocer el origen y solucionar el problema.