El escozor y molestias tras las relaciones sexuales tienen nombre, dispareunia, un trastorno que puede provocar ansiedad, frustración y discusiones de pareja
¿Por qué te duele y siento escozor después del sexo? Te contamos las siete causas más frecuentes
Son muchas las mujeres que han asumido que sexo es sinónimo de dolor. ¿Las razones? Muy diversas y a menudo invisibilizadas, pero todas ellas tienen algo en común: el placer queda relegado a un segundo lugar por culpa de esas molestias tan intensas y a la larga puede incluso desaparecer el deseo sexual.
Dispareunia o dolor durante las relaciones sexuales
La dispareunia es un trastorno genital caracterizado por dolor recurrente y persistente asociado a las relaciones sexuales, afectando a hasta el 22% de las mujeres y entre el 1 y el 5% de los hombres según la Organización Mundial de la Salud. Y aunque siempre se ha pensado que es un problema más habitual en mujeres menopáusicas, se ha encontrado que hay un pico de incidencia entre los 20 y los 29 años. Sin embargo, la dispareunia es un tabú. No se habla de ella y quienes la sufren tardan años en pedir ayuda.
Los principales síntomas de la dispareunia son:
Dolor superficial antes, durante o después del sexo.
Dolor profundo en respuesta a los movimientos de la penetración o la masturbación.
Molestias en la zona genital después de haber mantenido relaciones sexuales.
Sensación de ardor o escozor.
Punzadas agudas que pueden durar horas.
Además, este dolor puede producir ansiedad, vergüenza, irritabilidad, frustración, discusiones de pareja, baja autoestima, pérdida del deseo sexual, dificultad para lubricar o conseguir una erección y retraso o ausencia del orgasmo.
La dispareunia solo es un nombre que define ese dolor asociado a las relaciones sexuales, pero deja en el aire la verdadera incógnita: ¿Por qué se producen esas desagradables molestias durante o después del sexo?
Las causas del escozor y dolor tras el sexo
Infecciones genitales o de orina. La dispareunia se ha relacionado con las infecciones recurrentes. Si sueles tener candidiasis, vaginosis bacteriana o balanitis, es recomendable hablar con tu médico y, mientras tanto, evitar las prácticas sexuales muy intensas. El mismo consejo se aplica si sueles sufrir infecciones de orina.
Endometriosis. La endometriosis es un trastorno doloroso producido porque el endometrio, tejido que recubre el útero, crece en otras zonas. Además de las reglas dolorosas y las molestias constantes que sufren quienes padecen endometriosis, también es frecuente experimentar molestias asociadas al sexo.
Vaginismo. Muchas veces se confunde la dispareunia con el vaginismo, pero no son lo mismo. La dispareunia se caracteriza por el dolor, mientras que el vaginismo implica una contracción involuntaria de los músculos vaginales haciendo que la penetración sea dolorosa. El vaginismo puede provocar también molestias al masturbarte introduciendo tus dedos en la vagina, usando juguetes sexuales o incluso colocándote tampones.
Vestibulitis vulvar. La vestibulitis vulvar es la causa más común de dispareunia superficial. Se produce cuando los receptores sensoriales de la zona de la vagina se sensibilizan provocando un dolor o unas molestias muy intensas ante estímulos como las caricias o la penetración. La vestibulitis suele desaparecer cuando no hay estimulación, pero puede causar dolor y ardor postcoital, es decir, después del sexo.
Medicamentos. Algunos medicamentos pueden disminuir la lubricación y afectar a la excitación, entre ellos la píldora anticonceptiva, los antidepresivos, los fármacos para la hipertensión y los antihistamínicos.
Relaciones sexuales muy largas e intensas. Aunque hasta ahora hemos visto causas médicas, hay otras razones que pueden explicar el dolor y ardor esporádico asociado al sexo. Una de ellas es el sexo demasiado intenso y largo. Por muy excitados que estéis, si las relaciones sexuales se prolongan en el tiempo puede reducirse la lubricación aumentando la fricción y provocando dolor y quemazón.
Falta de estimulación antes de la penetración. El sexo no es una carrera. Se necesita tiempo para conseguir un estado de excitación adecuado tanto psicológica como físicamente, lo cual se traduce en una correcta lubricación. Si directamente empiezas el sexo con penetración sin que haya apenas lubricación, es muy posible que sientas molestias e incluso escozor.