El joven tailandés Lomphonten Lomphontan es el orgulloso dueño de un adorable gato atigrado llamado Achi. Hace algún tiempo decidió instalar una cámara en su casa para poder vigilar al felino mientras estaba en el trabajo. Sin embargo, al final resultó que que el comportamiento más peligroso y potencialmente asesino de Achi se producía por las noches, literalmente bajo la narices de Lomphonten.
El joven explicó en 'The Dodo' cómo una noche decidió echar un vistazo a las imágenes de cuando estaba durmiendo y descubrió que Achi tenía la costumbre de ponerse extremadamente cómodo. Lomphonten estaba acostumbrado a que su cariñoso gato se acurrucara junto a él, pero lo que no sabía es que corría el riesgo de respirar bolas de pelo mientras dormía.
La grabación mostraba cómo Achi se subía delicadamente al pecho del hombre dormido, lo que supuestamente le confirmaba que estaba fuera de combate, antes de echarse directamente en el rostro de Lomphonten. Posiblemente el gato solo quería estar lo más cerca posible del ser humano que más lo amaba, pero lo cierto es que su afecto es preocupantemente peligroso.
Sin embargo, Lomphonten parecía más divertido que preocupado al recordar el momento en que descubrió lo que estaba sucediendo. "Fue muy gracioso cuando vi las imágenes. Me siento muy enamorado de Achi porque él me ama así", explicó.
Las fotos de las travesuras nocturnas de Achi se compartieron en Twitter, donde rápidamente acumularon miles de "me gusta", retweets y comentarios de usuarios de Internet divertidos. El amante propietario describió el ritual de Achi como "una muestra de amor" y dijo que no tenía planes para evitar que su mascota continúe durmiendo en su lugar favorito.