Cada embarazo trajo más cambios, lo que afectó a la imagen que tenía de sí misma Brenda. Sin embargo, con el nacimiento de su quinto hijo, Benjamin, su actitud cambió. Decidió amar su cuerpo tal y como es, viéndolo como una algo increíble que trajo cinco vidas al mundo.
"Mi primer parto fue un poco traumático. Terminé con una cesárea de emergencia que dejó una gran cicatriz en la parte inferior de mi abdomen. No me gustaba mi cuerpo, el tamaño de mis senos se multiplicó por tres, tenía estrías en mis costados, mi barriga se caía y simplemente no me sentía guapa", cuenta, según publica el diario británico Metro.
"Me llevó cinco embarazos, dos nacimientos por cesárea y tres partos vaginales y cinco hermosos niños sanos comprender la profundidad de la fuerza y la belleza del cuerpo de una mujer", expresa.
"Convertirme en madre me ha ayudado a darme cuenta de que para mis hijos no importa cómo se vea mi cuerpo, me ven por quien soy por dentro. Ellos conocen mi corazón y para ellos eso es suficiente. Quiero amarme a mí misma como me aman ellos", añade.
Y, para que otras mujeres tengan el mismo sentimiento, ante la falta de imágenes honestas de cuerpos postparto, Brenda decide compartir orgullosa sus estrías y flacidez. "No quiero que los demás esperen tanto como yo para amarse a sí mismos por lo que son en este momento", dice, tras reconocer, "tengo o mis momentos en los que me siento "fea" (…) me detengo y pienso en lo que mi cuerpo ha hecho por mí, cambio de enfoque y comienzo a agradecer a mi cuerpo".
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