Anthony Loffredo, el 'alienígena negro', reaparece ahora con una 'garra' tras amputarse dos dedos de una mano
Anthony Loffredo, más conocido como 'black alien' (alienígena negro) ha compartido su nueva operación
El francés de 33 años se ha amputado dos dedos de la mano izquierda para que parezca una garra
Lleva una década entregada a su proyecto de convertirse en el 'alienígena negro': dice que va por el 34%
Anthony Loffredo, un francés de 33 años hoy más conocido como ‘black alien’ (el alienígena negro)alienígena negro), continúa llevando al extremo su objetivo por transformar su cuerpo para acercarse a su idea de extraterrestre.
En su última aparición en las redes sociales, a través de unas impactantes publicaciones en Instagram ha compartido cuál ha sido su última intervención quirúrgica: la amputación de dos dedos de la mano izquierda para, con ello, simular que tiene una garra.
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Aficionado a las mutaciones, Loffredo, cuyo gran sueño es quitarse la piel y reemplazarla con metal, tan solo acaba de comenzar su camino, porque pese a su aspecto asegura que solo ha conseguido el 34% de la extraordinaria transformación que emprende en su llamado ‘Proyecto alienígena negro’.
El alienígena negro lleva una década de cirugías transformando su cuerpo
Cubierto de tatuajes de arriba a abajo, –incluso en sus globos oculares–, con numerosos pírsines y varios implantes subcutáneos en el rostro y la cabeza, el historial de las cirugías a las que se ha sometido es más que amplio: entre ellas, partió su lengua para simular una lengua bífida, se extirpó parte de la nariz, las orejas y el labio superior, y además le colocaron implantes dérmicos en la cara para que su piel adquiriese una textura más rugosa, al igual que protuberancias en la frente y los pómulos para simular ser un reptil.
Según informa The Sun, el ‘Alienígena negro’ lleva una década sometiéndose a cambios y operaciones en su cuerpo.
La última, una vez más, no deja de generar reacciones en las redes, dividiendo a los usuarios: unos lo encuentran completamente perturbador; otros aplauden su pasión y su forma de ser y reivindican la libertad de que haga lo que quiera con su cuerpo; y por otro lado, también hay quienes le recuerdan, precisamente, que se arrepentirá de someterse a tantas operaciones y modificaciones.
Él, por su parte, en su publicación, en la que comparte su ‘garra’ y su cicatriz, resume: “Desarrollo mi paz interior”.