"Pienso en la calle y me entran taquicardias": Carlos, Montse y Lara comparten su angustia postcuarentena

  • "Por un lado tengo muchísimas ganas de que esto acabe, pero luego pienso en salir a la calle y me entran taquicardias"

  • Encerrarnos en casa supuso una fuente de estrés para la mayoría, y volver a salir también puede resultar agobiante

Todos los días miramos las noticias con la esperanza de que anuncien cuando acaba la cuarentena. Dar un paseo eterno por la calle mientras escuchamos música, tomarnos un café en una terraza que no sea la nuestra o abrazar a nuestros padres y amigos son cosas que antes dábamos por sentadas, pero que ahora vemos como un lujo. Queremos salir, pero también nos da miedo.

"Nuestros abuelos vivieron una guerra y nosotros el coronavirus". Mensajes como este se repiten día tras día en redes sociales, y no les falta razón. Estamos viviendo un hito histórico que cambiará desde la economía hasta el sistema sanitario, y resulta aterrador.

El miedo a las consecuencias del coronavirus

Ahora mismo estamos en nuestra burbuja con la única información del exterior que nos proporcionan las redes sociales, y si bien estamos deseando que todo acabe, también es normal sentir un poco de miedo al pensar en cómo cambiarán las cosas.

Esta sensación tiene nombre, angustia post-cuarentena, y hemos preguntado a varios veinteañeros cómo están gestionándola.

Carlos tiene 23 años y está pasando la cuarentena en su piso de Barcelona, a más de 500 kilómetros de su familia, que vive en San Sebastián. Hoy lo ve todo con más calma, pero ayer tuvo un ataque de ansiedad. “Intento no dar muchas vueltas a las cosas. Como estoy bastante liado con el master y con el trabajo, me centro en eso y no pienso en el coronavirus, pero a veces no puedo evitarlo. Ayer mismamente tuve una crisis de ansiedad porque empecé a pensar en cómo será todo cuando la cuarentena acabe”, confiesa preocupado.

Al preguntarle sobre cómo cree que van a cambiar las cosas, su respuesta es clara: "mis padres seguramente van a tener que cerrar la tienda, y me parte el alma porque es algo en lo que han trabajado desde que yo nací".

"No quiero imaginarme volviendo a la universidad o saliendo de fiesta"

Si bien el pico de contagios ha alcanzado su punto máximo, a partir de ahora vamos a ver cómo aumentan los problemas psicológicos. Ansiedad, estrés agudo, problemas del sueño… El pico de trastornos mentales todavía no ha llegado, pero lo vamos a vivir pronto de la mano de la angustia post-cuarentena.

"Nunca he ido al psicólogo porque no lo he necesitado. Lo he pasado mal como cualquiera cuando he suspendido un examen, al independizarme o durante una ruptura, pero no hasta el punto de necesitar ayuda profesional. Pues ahora sí me hace falta", afirma Montse.

Tiene 19 años y estudia Historia en la Universidad de Sevilla. Aunque está viviendo este momento con su madre y con su hermano, no puede evitar sentirse sobrepasada. “Por un lado tengo muchísimas ganas de que esto acabe, pero luego pienso en salir a la calle y me entran taquicardias. No soy capaz de bajar la basura, le he cogido miedo al exterior. No quiero imaginarme volviendo a la universidad o saliendo de fiesta. Creo que no voy a ser capaz.”

"Amigos que para mí eran importantes me han decepcionado"

Cualquier cambio brusco es difícil de digerir. Encerrarnos en casa supuso una fuente de estrés para la mayoría, y volver a salir también puede resultar agobiante. Aprovechemos las semanas de aislamiento que quedan para mentalizarnos y, lo más importante, confiemos en que se está haciendo todo lo posible para que la post-cuarentena sea segura.

En estas circunstancias es normal sentir incertidumbre, y a menudo la ansiedad puede nublar nuestro juicio. Del "todo va a ir bien" al "todo va a ir fatal" hay un trecho. Lo más probable es que algunas cosas cambien para peor, otras para mejor, y la mayoría vuelvan a estar igual que antes.

"Me da miedo cómo puede afectar todo esto a la relación con mi novio. Empezamos a salir en febrero, y en vez de tener unos comienzos normales, ha sido todo raro por culpa del coronavirus", comenta Lara, de 25 años.

Lo más difícil para ella no ha sido adaptarse a la cuarentena, ya que lleva teletrabajando un año, sino gestionar sus relaciones desde la distancia. "También me pasa que había gente a la que consideraba superimportante, en plan mejores amigos, y durante la cuarentena me he sentido muy decepcionada. En cambio, personas por las que no daba un duro me han sorprendido para bien. Creo que esto va a cambiar mis amistades muchísimo, y me da pánico pensarlo".

Estamos ante un futuro incierto, y lo único que podemos hacer es digerirlo poco a poco sin anticipar cómo serán las cosas. Habrá momentos de euforia al imaginarnos volviendo a la rutina, y momentos de auténtico pavor. Al fin y al cabo, todo lo que antes era normal ha cambiado.