Andrés imprime viseras gratis para los sanitarios desde su casa: “Nos llena saber que sirve de algo lo que hacemos”
La comunidad ‘Coronavirus Makers’ está fabricando con sus impresoras 3D material sanitario a contrarreloj
En apenas 15 días el movimiento pasó de 20 a 16.000 voluntarios en todo el país
Andrés y su pareja producen cada día unas 50 o 60 viseras desde casa
Desde hace unas semanas, la comunidad 'maker', se ha unido y está arrimando el hombro para echar una mano frente a la emergencia del COVID-19. Los 'Coronavirus Makers', es una comunidad que suma ya más de 16.000 rostros, han puesto en marcha sus impresoras 3D para fabricar equipos de protección y material sanitario que, aunque no están homologados, ayudan al personal sanitario. Andrés Pozo, de 30 años, y su pareja, son dos de estos 'makers' que estos días están prestando su ayuda de forma desinteresada sin pensar en recibir nada a cambio. En Yasss te contamos la historia de estos héroes anónimos.
Estamos en Cáceres (virtualmente, físicamente nos hemos quedado en casa) con Andrés Pozo, uno de los 22 coordinadores del movimiento Coronavirus Makers en Extremadura. Antes del virus eran sólo 'makers': un grupo de personas que tienen en común diferentes conocimientos sobre tecnología y acceso a impresoras 3D. Ahora, los 'makers' se han unido ante la emergencia sanitaria para dar una respuesta a la urgente falta de mascarillas, válvulas para respiradores o viseras de protección que se vive en los hospitales españoles.
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Andrés hace entre 50 ó 60 viseras al día desde casa
Andrés explica cómo empezó todo y cómo, en apenas 15 días, el movimiento creció pasando de 20 a 16.000 voluntarios en todo el país: "La iniciativa empezó en el norte y después, como la comunidad estamos en contacto vía Telegram y por varias redes sociales, pues corrió como la pólvora". En este sentido, aunque no todos tienen una impresora 3D en su casa, sí que suele haber un Fab-Lab o laboratorio de fabricación en casi todas las ciudades y en universidades que muchos están usando.
Este extremeño tiene una empresa de impresión 3D y no dudó ni un segundo en decir que sí en cuanto salió la propuesta. Antes, sus impresoras solían producir desde regalos personalizados a piezas a medida. Ahora los diseños actuales han cambiado y no se separa de las que tienen en casa (la empresa la tiene cerrada) para hacer unas 50 o 60 viseras con la ayuda de su pareja que pueden utilizarse como mascarillas de protección facial. "Son unas diademas impresas, inyectadas o cortadas a láser, más una lámina de acetato transparente y una goma trasera para su sujeción", explica.
Coronavirus Makers, una iniciativa a nivel nacional
En lugar de hundirse, estos 'makers' han sacado la mano del agua y nadan hacia arriba. De hecho, CoronavirusMakers.org lo forman más de 16.000 voluntarios en España que se han unido para hacer lo que saben sin pensar en intereses comerciales (gratis, vaya).
Este equipo, y según nos explica Andrés, se ha organizado en grupos de trabajo por regiones y comunidades autónomas: "Aquí somos 22 coordinadores y en el grupo de Extremadura hay más de 400 personas ya". Además, también matiza un poco mejor cómo se reparten el trabajo: "hay un formulario a través del cual se recepcionan los pedidos. Luego cada coordinador apunta para qué zona es ese pedido y se distribuye el trabajo. Hay pedidos de tiendas, pero sobre todo de hospitales, residencias...".
Tenemos los hospitales y las residencias prácticamente cubiertas
A la hora de fabricar mascarillas o viseras, no sólo es necesaria la impresora. Este 'maker' nos explica que además hace falta material, manos para montar, voluntarios para desinfectar, etc. "Nosotros estamos haciendo viseras y algunas entidades nos están donando gomas y acetatos y las estamos montando para entregarlas enteras". En el caso de Andrés, él mismo y su pareja las desinfectan, aunque luego avisan por escrito que cuando se reciban se vuelvan a desinfectar otra vez con una proporción de agua y lejía. El alcohol puede dejar manchas blancas u oscurecer el acetato. "Sabemos que no están homologadas, pero como empezamos diciendo con el slogan: menos es nada. Entre que no tengan nada o una bolsa de basura, a que tengan algo como esto ya es bastante".
Para el reparto también se ha organizado una red regional entre voluntarios, la Policía Local y la Guardia Civil que recogen y reparten las viseras producidas según la prioridad de los pedidos. "Los hospitales los tenemos casi todos completos ya, las residencias prácticamente también y ahora vamos a empezar con tema de cara al público, centros de salud", prosigue.
Los respiradores: el gran reto
A nivel nacional, el reto es producir respiradores. En ello están los equipos de Reesistencia Team trabajando junto a los 'makers' que buscan un modelo de respirador que pueda ayudar a los pacientes más graves. Ya están probando su funcionamiento en animales y han iniciado conversaciones con Sanidad: "El problema de esto es la homologación. El tema de las pantallas, como no está en contacto directo, lo están dejando pasar un poco por alto. Pero todo lo que esté en contacto con mucosa es más difícil", explica Andrés. En Extremadura también aportan su parte al nuevo proyecto con respiradores: "ya está en código abierto, disponemos nosotros de ello también y estamos viendo el proyecto de acoplar los respiradores del Decathlon".
Extremadura es una de las comunidades más afectadas. El número de personas contagiadas en este momento asciende a 1.837 personas, con 181 muertes. Eso sí, también hay buenas noticias: 91 altas desde que empezó todo.
Sí, el reto es producir respiradores. Pero hay muchas otras pequeñas y no tan pequeñas piezas que aportar. Por ahora las viseras están siendo de gran ayuda y cada día obtienen las muestras de agradecimiento del personal sanitario. "Realmente es lo que nos está llenando. Saber que vale para algo esto que estamos haciendo".
La cara triste de esta historia es que hay personas que están sacando provecho económico o un poco de protagonismo: "hemos visto que alguna empresa lo está vendiendo por su cuenta. No podemos hacer nada", dice Andrés. Pero añade: "Si quieren cobrar están en su derecho, pero que no digan que pertenecen a nuestro movimiento". Ellos no aceptan dinero. "Desde un primer momento se dijo que no se iba a cobrar, que lo hacíamos altruistamente; porque queríamos ayudar". Y desde luego lo están haciendo.