Con la bajada de las temperaturas, es habitual que podamos encontrarnos grumos blancos en las garrafas de aceite. Sin embargo, aunque en principio pueda parecer que se trata de algo malo, no hay nada que ver y tiene una fácil explicación.
El aceite de oliva está constituido por diferentes compuestos, y cada uno de ellos tiene un punto de fisión distinto. Cuando se produce un descenso de las temperaturas, el cambio de estado de este líquido se produce de manera distinta. Así, estos grumos salen porque con temperaturas más bajas de los 18 grados, algunos triglicéridos se solidifican.
Estos extraños grumos blancos no significan por tanto que a nuestro aceite le ocurra nada malo ni que se encuentre en mal estado, como bien ha explicado el experto en Ciencia y Tecnología de Alimentos, Miguel A.Lurueña, en su cuenta de Twitter.
Si atemperamos el aceite, por tanto, volverá a su aspecto original.
El experto también señaló en un articulo de la revista Consumer que el aceite está constituido por diferentes compuestos. La mayor parte son triglicéridos, unas sustancias que tienen una estructura de cuatro moléculas.