En los últimos años, el aumento de las dioptrías se ha convertido en un problema preocupante tanto en la población española, como en la global. La miopía, por ejemplo, se ha convertido en la condición más común sobre todo entre los jóvenes, ya que está estrechamente relacionada con el uso excesivo de pantallas.

Las dioptrías son una unidad de medida usada en oftalmología que sirve para cuantificar el poder refractivo de las lentes y, también, la capacidad del ojo para enfocar imágenes correctamente sobre la retina.

Este concepto es muy común ya que es una medida esencial en la prescripción de gafas y lentillas, que corrigen condiciones como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia.

Crecimiento ocular y desarrollo en la infancia o adolescencia

Es durante la etapa de la infancia y la adolescencia cuando el ojo está en un proceso continuo de crecimiento y desarrollo. Esto puede influir directamente en la refracción del ojo, sobre todo en lo que afecta a la miopía. En muchas ocasiones, el aumento del globo ocular va a provocar que las imágenes se enfoquen delante de la retina incrementando las dioptrías negativas. Este es el tipo más común de miopía progresiva en niños y adolescentes.

Para poder evitar o por lo menos, retrasar este aumento de las dioptrías, se recomienda que se realicen actividades al aire libre, por lo menos dos horas al día. Por otro lado, en estas edades, es esencial garantizar un ambiente de estudio adecuado, con una buena iluminación y también, enseñar desde pequeños a mantener una distancia saludable entre los ojos y los libros o dispositivos.

Además, el descanso es esencial, y para ello se puede aplicar la regla 20-20-20 que consiste en descansar cada 20 minutos mirando a 20 pies (6 metros) durante 20 segundos, de esta manera de combate la fatiga ocular y se puede prevenir este aumento de las dioptrías.

Cambios asociados a la edad adulta

Con el paso del tiempo, tanto la estructura como la función del ojo pueden cambiar, y eso afecta al número de dioptrías. Algo muy común que puede suceder es la presbicia, esta condición se manifiesta, por lo general, de los 40 a los 45 años. Lo que sucede es que el cristalino pierde elasticidad y la capacidad de enfoque para ver objetos cercanos disminuye, provocando un aumento en las dioptrías positivas. Aunque la presbicia es un proceso natural, su progresión puede hacer que se produzca un aumento constante de las dioptrías con el tiempo.

Por el contrario, algunas personas pueden experimentar una disminución de la miopía cuando se llega a la tercera edad. Esto sucede especialmente, en caso de desarrollar cataratas. En este caso el cristalino se vuelve más denso y cambia su poder refractivo hacia un enfoque más cercano, por lo que se puede producir un cambio en las dioptrías negativas. Cuando se sufren de cataratas, aunque se produzca esta reducción de dioptrías negativas, la visión en general se ve afectada por la opacidad del cristalino.

Factores ambientales y hábitos visuales

En la progresión de las dioptrías, un papel bastante importante lo juegan tanto el entorno como los hábitos visuales que se tengan. Cuando se abusa de la visión cercana, tanto para leer como para trabajar, o simplemente para ver pantallas durante largos períodos de tiempo, puede tener como consecuencia un aumento de las dioptrías que afectan a la miopía, esto pasa habitualmente en jóvenes. Esto se conoce como “miopía de aparición temprana”.

Por otro lado, la falta de exposición a la luz natural, ver la televisión muy cerca, abusar de pantallas y no pasar el tiempo suficiente al aire libre pueden ser identificados como factores de riesgo en el aumento de las dioptrías.

Se ha demostrado que el tiempo que se pasa frente a las pantallas es una de las causas principales del aumento de las dioptrías. En España, un informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) ha revelado que el uso diario de dispositivos digitales ha hecho que crezca exponencialmente el aumento de las dioptrías negativas, aquellas relacionadas con la miopía.

Cuando, por el contrario, se utilizan de manera correcta las gafas o las lentillas, y se realizan prácticas como el control regular y las revisiones del estado visual, pueden ser formas de estabilizar las dioptrías y evitar que puedan aumentar, sobre todo en personas que puedan ser propensas a la miopía.

Condiciones patológicas

En muchos casos, el aumento de las dioptrías puede estar relacionado con algunas enfermedades oculares, las cuales pueden causar cambios bastante significativos en las dioptrías.

La predisposición genética también tiene un papel crucial en el aumento de las dioptrías, ya que si uno o ambos progenitores tienen miopía, hay una probabilidad muy alta de que alguno de sus hijos pueda desarrollar esta condición. En nuestro país, se estima que entre el 30% y el 40% de los casos de miopía son hereditarios.