El país del mundo que tiene más pirámides y no es Egipto
Con más de 200 pirámides, Sudán supera en número a las célebres pirámides egipcias y mesoamericanas
A diferencia de las pirámides egipcias, las de Sudán son más estrechas y empinadas, con alturas que rara vez superan los 30 metros
La única pirámide que existe en España tiene los días contados
Al pensar en la palabra "pirámide", la mente suele trasladarse inmediatamente a las majestuosas estructuras de Egipto o, en menor medida, a las imponentes edificaciones de México. Sin embargo, existe un país que alberga una cantidad aún mayor de estas enigmáticas construcciones: Sudán. Con más de 200 pirámides, este país africano supera en número a las célebres pirámides egipcias y mesoamericanas, aunque su reconocimiento a nivel mundial es considerablemente menor.
Las pirámides de Sudán: un legado del Reino de Kush
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Las pirámides sudanesas se concentran principalmente en la región de Nubia, al norte del país, y son vestigios del antiguo Reino de Kush, una civilización que floreció entre los siglos VIII a.C. y IV d.C. Estas estructuras servían como tumbas para los monarcas y nobles kushitas, reflejando una clara influencia de las tradiciones funerarias egipcias, aunque con características distintivas.
A diferencia de las pirámides egipcias, las de Sudán son más estrechas y empinadas, con alturas que rara vez superan los 30 metros. Se estima que hay unas 255 pirámides de distintos tamaños, erigidas entre los años 1070 y 350 a.C.
Principales sitios arqueológicos en Sudán
Entre los emplazamientos más destacados se encuentran:
- Meroe: Ubicada a unos 200 kilómetros al norte de Jartum, la capital sudanesa, Meroe fue la capital del Reino de Kush durante varios siglos. Aquí se erigen más de 40 pirámides en buen estado de conservación, distribuidas en tres necrópolis. Estas estructuras, construidas entre los siglos VIII a.C. y IV d.C., son testigo de la riqueza y el poder de los monarcas kushitas.
- El Kurru: Este sitio alberga algunas de las pirámides más antiguas de Nubia, incluyendo las tumbas de los primeros reyes kushitas que conquistaron Egipto y establecieron la XXV Dinastía faraónica. Las pirámides de El Kurru, aunque en su mayoría en ruinas, ofrecen valiosa información sobre las prácticas funerarias y la arquitectura de la época.
- Nuri: Situado cerca de la cuarta catarata del Nilo, Nuri es conocido por ser el lugar de descanso del faraón Taharqa, uno de los más prominentes de la XXV Dinastía egipcia. La pirámide de Taharqa es una de las más grandes de Sudán, aunque actualmente se encuentra sumergida parcialmente debido a la elevación del nivel freático.
Diferencias arquitectónicas y culturales
Aunque las pirámides de Sudán y Egipto comparten la función de servir como tumbas reales, presentan diferencias notables en su diseño y construcción. En primer lugar, las pirámides sudanesas son generalmente más pequeñas y angostas que las egipcias. Mientras que la Gran Pirámide de Guiza alcanza una altura de aproximadamente 146 metros, las más altas de Sudán no superan los 30 metros.
Por otra parte, las pirámides de Nubia suelen tener una base más reducida y lados más inclinados, lo que les confiere una apariencia más estilizada. Además, muchas de ellas cuentan con una pequeña capilla adosada en su base, utilizada para rituales funerarios.
Finalmente, y aunque ambas civilizaciones utilizaron piedra en sus construcciones, las técnicas y tipos de materiales variaban según la disponibilidad local y las tradiciones constructivas de cada cultura.
Las pirámides de Sudán, legado del Reino de Kush, representan un capítulo fascinante y, a menudo, ignorado de la historia de la humanidad. A pesar de su gran número y singularidad arquitectónica, estas estructuras permanecen a la sombra de las pirámides egipcias. Sin embargo, el aumento en los esfuerzos por su conservación, las colaboraciones internacionales y el interés creciente por el turismo cultural pueden cambiar esta narrativa en los próximos años.
Visitar las pirámides sudanesas no solo ofrece la oportunidad de explorar un patrimonio milenario, sino también de contribuir al reconocimiento y preservación de una de las civilizaciones más influyentes de África. En un mundo cada vez más interconectado, descubrir y valorar tesoros menos conocidos como las pirámides de Sudán es un paso importante hacia una comprensión más inclusiva y completa de nuestra historia compartida.