En un logro histórico para Brasil y el mundo, la hermana Inah Canabarro Lucas, una monja amante del fútbol, ha sido reconocida como la persona viva más longeva, alcanzando los 116 años. Este título se otorga tras el fallecimiento de Tomiko Itooka, de Japón, en diciembre de 2024, según confirmó LongeviQuest, una organización especializada en validar récords de longevidad. Más allá de su impresionante edad, la vida de la hermana Inah destaca por su resiliencia, fe y dedicación incansable a la comunidad.

"La longevidad de la hermana Inah es una inspiración. Su historia conecta generaciones y muestra la fortaleza del espíritu humano", expresó Fabrizio Villatoro, presidente de América Research en LongeviQuest.

La hermana Inah, nacida el 8 de junio de 1908 en São Francisco de Assis, Río Grande del Sur, fue reconocida oficialmente como la persona viva más longeva tras un proceso de validación. Aunque su familia afirma que su fecha de nacimiento es el 27 de mayo, el registro oficial se realizó dos semanas después. A pesar de haber tenido una salud dedicada durante su infancia, lo que generó dudas sobre su supervivencia, su fe y determinación le permitieron superar numerosas adversidades a lo largo de los años.

En la lista de los 20 individuos más longevos de la historia, la hermana Inah ocupa un lugar destacado, siendo la segunda monja más longeva, solo superada por Lucile Randon, quien vivió hasta los 118 años.

Desde temprana edad, Inah Canabarro, sintió una fuente de inclinación hacia la vida religiosa. A los 16 años, se unió al internado Santa Teresa de Jesús en Santana do Livramento, y a los 21 años recibió la confirmación en Montevideo, Uruguay. En 1930, inició su carrera como docente de portugués y matemáticas en Río de Janeiro, entregándose por completo tanto a la enseñanza como a su vocación espiritual.

La pasión por el fútbol y su devoción religiosa se entrelazaron a lo largo de los años, convirtiéndose en el motor de su existencia.

La hermana Inah siempre llevó consigo una profunda afición por el fútbol, especialmente por el Sport Club Internacional de Porto Alegre. Cada año, con motivo de su cumpleaños, decoraba su habitación con los colores rojo y blanco del club. En un vídeo con ocasión de su 116º cumpleaños expresó su fanatismo: "Inter en el esquipo del pueblo, no importa si sos rico o pobre". Sin embargo, su fe ha sido siempre le pilar central de su vida: "'Él (Dios) es el secreto de la vida. Él es el secreto de todo".

A pesar de sus 116 años, la hermana Inah sigue siendo una figura activa dentro de su comunidad religiosa en Porto Alegre. Aunque recientemente sufrió dos hospitalizaciones que afectaron su salud física, su espíritu permanece fuerte gracias al apoyo constante de su familia y compañeras religiosas. Su sobrino la visita cada semana, y asegura que esos encuentros son fundamentales para revitalizar su ánimo, permitiéndole seguir adelante con la misma fe y determinación que la han caracterizado a lo largo de su vida.

En 2018, la hermana Inah recibió una bendición apostólica del Papa Francisco en celebración de su 110º cumpleaños, un gesto que resalta su relevancia dentro de la Iglesia Católica. Este reconocimiento pone de manifiesto el respeto hacia su entrega a una vida de fe y servicio a la comunidad religiosa.

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