2025 ha llegado y con él también aterrizan los aniversarios de muchos hechos icónicos. Uno de ellos es el del conocido vestido azul y negro o blanco y dorado.

Fue el 26 de febrero de 2015 cuando Internet empezó a revolucionarse con esta prenda cuyos colores volvieron locos a los usuarios de las redes sociales.

Una joven publicaba una imagen en su perfil de Tumblr con la fotografía de este vestido y preguntaba a sus seguidores de qué color veían la prenda: si blanco y dorado o si negro y azul. Justo en ese momento comenzaba la revolución.

Muchos usuarios percibían claramente los colores blanco y dorado, otros se decantaban por el azul y negro y, otros pocos, decían que dependiendo del momento lo veían de un color o de otro.

Sin embargo, todas las dudas se acababan cuando la dueña de la tienda donde se vendía el vestido y la diseñadora de esta prenda zanjaban la polémica: el vestido era azul y negro, independientemente de cómo lo perciba la gente.

Partiendo de aquí, la explicación de si alguien lo ve en color blanco con franjas doradas lleva a mencionar el funcionamiento del ojo humano y el cerebro a la hora de ver el color bajo la exposición de la luz.

De una forma resumida, la luz penetra en el ojo y llega a la retina, donde se encuentran una serie de células visuales, los conos -que pueden percibir los colores- y los bastones -sensibles a la luz-, que la transforman en impulsos electromagnéticos que las neuronas se encargan de hacer llegar al cerebro.

La primera ráfaga de luz está formada de todas las longitudes de onda que iluminan el mundo -aunque el ojo humano solo percibe del rojo al violeta-, reflejado en aquello que la persona esté mirando.

El cerebro procesa la información procedente de la luz reflejada y lo traduce en el color que entiende rebota del objeto, es decir, substrae el color "real" del objeto.

Retomando el polémico vestido, para el neurocientífico de la Universidad de Washington, Jay Neitz, "esta es una de las mayores diferencias [de visión de color] que he visto nunca". Hay que destacar que este científico había estudiado las diferencias de visión de color durante 30 años.

Al mirar la imagen del vestido, el cerebro trata de fragmentar los distintos tonos para recrear el color "real", pero en ocasiones, la percepción cambia, primero porque la luz del día modifica el color que percibe el ser humano, pero también porque cada persona percibe el color de una forma distinta.

Hasta tal punto llegó el debate que, a muchos, no les bastó solo con la explicación de los científicos y aprovecharon para recurrir a la solución que tenía la tecnología. Para ello, se analizaron los píxeles de la fotografía y se concluía que el problema no estaba tanto en el color sino en el fondo.

Así, ante un fondo blanco, el vestido aparece en azul con franjas negras -que, de hecho, es su color-, pero ante un fondo negro neutral, es entonces cuando se produce el efecto y el color se percibe diferente.

Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.