Aparte de la Nochebuena y la magia del Día de Reyes, la Nochevieja es otra de las fiestas emblemáticas de la Navidad. El 31 de diciembre es el día en el que todo acaba y todo empieza, motivo por el que las familias se reúnen en torno al reloj durante los últimos minutos del año presente y los primeros del que viene. En nuestra cultura, éste es un momento tan importante que lo celebramos a lo grande, si bien cada país o región tiene sus propias costumbres para hacerlo.

Aparte de tomar las doce uvas (llevando algo de ropa roja y con el pie izquierdo levantado), hay otras muchas tradiciones que acompañan al cambio de año. Todas ellas van acompañadas de una cita previa, en la que familiares y amigos se encuentran en torno a una cena o una fiesta. Los vestidos de gala, el cotillón y las copas de champán también son elementos comunes; sin embargo, hay ciertas curiosidades que atañan a cada región y que con símbolos de la buena suerte:

Todo el que haya visto series americanas en las que, algún capítulo, está dedicado a la última noche del calendario (como Friends) se habrá fijado en que su costumbre más llamativa es la de entrar el año dándole un beso en los labios a la persona que tienen enfrente. No hace falta tener una relación amorosa con él o ella, pues en Estados Unidos se cree que no dar un beso justo después de la cuenta atrás augura un año de soledad. Por eso hay que hacerlo, sea a quien sea.

Aunque, en muchas casas, que se rompan los platos en la noche de Nochevieja pueda ser un auténtico trastorno, en Dinamarca es lo mejor que les podría ocurrir. Siguiendo una tradición fechada en la Edad Media, los daneses guardan los platos viejos, feos o descascarillados durante el año para romperlos en la última noche frente a la puerta de sus vecinos y amigos más queridos. Algo que, mundialmente, molestaría a cualquier familia que se encuentre celebrando tranquilamente la Navidad en su hogar, allí es un símbolo de amor y buenos deseos. Cuantos más platos rotos te encuentres en el rellano al levantarte al día siguiente, más amigos tienes.

Para un pueblo tan férreo como el germano, comer doce uvas o lentejas en Año Nuevo es una celebración insuficiente. En Alemania, lo normal en Nochevieja es el 'bleiglessen', una práctica muy antigua que consiste en fundir una pequeña barra de plomo, hasta pasarla al estado líquido. Entonces, se vierte el contenido en un vaso hasta que se solidifique y se analizan las nuevas formas que el plomo ha tomado para intentar predecir el futuro.

En Italia, la frase hecha "tirar la casa por la ventana" se convierte en una realidad palpable. En algunas regiones como Nápoles, Sicilia y Calabria es costumbre que, en la noche del 31 de diciembre, los vecinos comiencen a lanzar muebles, platos, vasos o algún otro tipo de bien material por la ventana. Los italianos creen que, realizando este ritual, las familias se deshacen de todo lo malo y se aseguran la buena suerte para el año entrante, aunque esto sea un verdadero drama para quienes se encarguen de recoger los destrozos en la vía pública al día siguiente.

En la misma línea lo hacen en Uruguay y Puerto Rico, aunque su versión es menos agresiva que la de las citadas regiones de Italia. Lo habitual en Nochevieja es tirar cubos de agua por la ventana, con el objetivo de limpiar lo malo y quedarse con lo bueno. Todo con el objetivo de tener un año próspero, lleno de ilusión y con el menor número de adversidades posible.

Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.