Las cinco partes del baño que siempre se quedan sin limpiar
El baño es un espacio que necesita que se realice una limpieza meticulosa no solo por razones estéticas, sino también para garantizar la salud y el bienestar de quienes lo usan
La exposición constante del baño a la humedad lo convierte en un terreno fértil para la proliferación de moho, bacterias y otros microorganismos
Consejos de limpieza para mantener el cuarto de baño perfecto
El baño es uno de los espacios más utilizados de nuestro hogar, pero también uno de los que requiere mayor atención en términos de limpieza. Su exposición constante a la humedad lo convierte en un terreno fértil para la proliferación de moho, bacterias y otros microorganismos. Sin embargo, hay zonas que suelen pasar desapercibidas durante la limpieza diaria, y eso puede suponer un problema. Es importante ser consciente de que todas las partes del baño deben ser limpiadas, sin dejarnos por el camino ninguna parada.
Las juntas de los azulejos y la lechada
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Las juntas entre los azulejos y la lechada son zonas altamente propensas a acumular suciedad debido a su exposición constante al agua y los productos de higiene. Si no se limpian de manera regular, pueden volverse negras o amarillentas por el crecimiento de moho y hongos.
El moho no solo es un elemento antiestético, sino que además puede llegar a afectar la calidad del aire y provocar problemas respiratorios, especialmente en personas alérgicas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición prolongada al moho puede agravar enfermedades respiratorias como el asma.
Para limpiar estas zonas lo mejor es mezclar bicarbonato de sodio y agua para formar una pasta es una solución sencilla pero eficaz. Se debe aplicar esta mezcla en las juntas y frotar con un cepillo pequeño, como uno de dientes que ya esté en desuso. Posteriormente, habría que enjuagar con agua y secar bien para evitar que la humedad fomente el crecimiento de hongos.
Desagües y sifones
Los desagües del lavabo, la ducha y la bañera son zonas críticas que acumulan restos de cabello, jabón y otros residuos. A menudo, esta acumulación puede generar obstrucciones, malos olores e incluso colaborar en la proliferación de bacterias dañinas.
Y es que, un desagüe obstruido no solo afecta la funcionalidad del baño, sino que también puede convertirse en un criadero de microorganismos que liberan gases malolientes y contaminan el ambiente.
Para mantener la higiene se recomienda desmontar los sifones al menos una vez al mes para eliminar los residuos acumulados. También es útil verter una mezcla de bicarbonato de sodio y vinagre en los desagües, dejando actuar durante 15 minutos antes de enjuagar con agua caliente.
La parte inferior del inodoro y su zona trasera
Aunque la taza del inodoro normalmente suele recibir atención y limpieza, su base y la zona trasera a menudo quedan olvidadas. Estas áreas acumulan polvo, salpicaduras y gérmenes con el tiempo.
La acumulación de suciedad en estas zonas puede albergar bacterias como Escherichia coli o Salmonella, que representan riesgos para la salud, especialmente si se combinan con una limpieza deficiente de otras áreas del baño.
Para su limpieza lo mejor es usar desinfectantes específicos para baños y un paño o esponja es esencial para garantizar la higiene. Se debe prestar atención a las esquinas y zonas difíciles de alcanzar, utilizando herramientas como cepillos pequeños para lograr una limpieza profunda.
Ventiladores y rejillas de ventilación
Los sistemas de ventilación, indispensables para controlar la humedad en el baño, son otro de los grandes olvidados durante la limpieza. La acumulación de polvo y suciedad en las rejillas o ventiladores no solo reduce su eficacia, sino que también afecta la calidad del aire.
Un ventilador obstruido o sucio no podrá eliminar la humedad de manera eficiente, lo que fomenta la aparición de moho en otras superficies del baño. Además, el polvo acumulado puede ser un desencadenante de alergias.
Es recomendable limpiar las rejillas con un paño húmedo y aspirar el polvo acumulado con un accesorio pequeño. Si es posible, desmontar el ventilador para poder realizar una limpieza profunda y asegurarse de desconectar la electricidad antes de realizar cualquier mantenimiento.
Cortinas de ducha y alfombrillas: textiles en riesgo
Las cortinas de ducha y las alfombrillas son elementos esenciales en el baño, pero su exposición constante a la humedad las convierte en un caldo de cultivo para bacterias y hongos.
De esta forma, las cortinas y alfombrillas húmedas pueden desarrollar moho y acumular ácaros del polvo, lo que supone un riesgo para la salud respiratoria y dermatológica.
Hay que lavar las cortinas de ducha de forma habitual, siempre siguiendo las instrucciones del fabricante. Las alfombrillas deben lavarse semanalmente y secarse completamente antes de volver a colocarlas. La mejor opción es optar por materiales antideslizantes y resistentes al agua puede facilitar su mantenimiento.
La importancia de no descuidar ningún rincón
El baño es un espacio que necesita que se realice una limpieza meticulosa no solo por razones estéticas, sino también para garantizar la salud y el bienestar de quienes lo usan. Las cinco zonas arriba reseñadas son las que más a menudo suelen pasar desapercibidas. Sin embargo juegan un papel crucial a la hora de mantener un ambiente limpio y saludable.