Los frigoríficos modernos están equipados con controles de temperatura que permiten a los usuarios ajustar el nivel de frío en su interior en función de sus necesidades. Estos controles suelen estar representados por una escala numérica, generalmente del 1 al 5 o del 1 al 7, lo que puede generar confusión sobre su significado y la relación con la temperatura interna del aparato.
Contrariamente a lo que algunos podrían suponer, en la mayoría de los frigoríficos, un número más alto en el dial no indica una temperatura más alta, sino una mayor potencia de enfriamiento. Es decir, cuanto mayor sea el número seleccionado, más frío estará el interior del frigorífico. Por ejemplo, si el dial tiene una escala del 1 al 5, el número 5 corresponde al nivel máximo de enfriamiento, mientras que el 1 representa el mínimo. Eso sí, hay muchos frigoríficos que muestran la temperatura en el interior, siempre separando entre la nevera y el congelador, que deben tener dos temperaturas diferentes.
Para garantizar la seguridad alimentaria y prolongar la frescura de los productos, es esencial mantener el frigorífico a una temperatura adecuada. Se recomienda que la temperatura interna oscile entre 3 °C y 5 °C, mientras que el congelador debe mantenerse por debajo de -18 °C.
Son varios los factores que pueden llegar a afectar a la temperatura interna del frigorífico y, por ende, a la configuración óptima del termostato. Por ejemplo, hablamos de la cantidad de alimentos almacenados. Un frigorífico lleno retiene mejor el frío que uno vacío. Sin embargo, sobrecargarlo puede obstruir la circulación del aire frío, afectando la eficiencia del enfriamiento.
La temperatura exterior del frigo también importa. De esta manera, en climas más cálidos o durante el verano, puede ser necesario aumentar la potencia de enfriamiento para mantener la temperatura interna deseada. Además, también hay que tener en cuenta la frecuencia de apertura de la puerta. Y es que abrir la puerta con frecuencia permite la entrada de aire caliente, lo que puede elevar la temperatura interna y hacer que sea necesario un ajuste en el termostato.
Un mantenimiento adecuado del frigorífico garantiza su eficiencia y prolonga su vida útil. Se recomienda limpiar las bobinas del condensador, verificar el sellado de las puertas y descongelar el congelador si se acumula hielo en exceso. Estas prácticas y hábitos ayudan a mantener una temperatura interna constante y reducen el consumo energético.