¿Por qué el escudo de Galicia tiene siete cruces y un cáliz?

En el corazón de Galicia, donde el verde de los valles se mezcla con el azul del Atlántico, un símbolo sobresale como emblema de la identidad y la historia de esta tierra: su escudo. Este blasonado, que muestra un cáliz dorado rodeado por siete cruces plateadas sobre un fondo azul, no es solo un símbolo heráldico; es una ventana al pasado, una declaración de fe y un reflejo de la unidad de un pueblo que ha mantenido viva su esencia a lo largo de los siglos.

Un símbolo con raíces profundas

El escudo de Galicia tiene sus orígenes en la heráldica medieval. El cáliz dorado, protagonista central del diseño, aparece por primera vez en representaciones del Reino de Galicia durante el siglo XIII. Esta imagen inicial, asociada con el Santo Grial, subraya la profunda conexión religiosa de Galicia con el cristianismo, en especial con el culto al apóstol Santiago, patrón de España y figura central en la espiritualidad gallega.

Según la Xunta de Galicia, las primeras versiones del escudo incluían un cáliz con una hostia sobre él, símbolo del sacramento eucarístico, que fue estandarizado hacia finales del siglo XVI. Este diseño inicial se mantuvo como representación de la espiritualidad y el poder eclesiástico que caracterizaban al Reino de Galicia en la época medieval.

Las siete cruces: un legado territorial

El significado de las siete cruces plateadas que rodean al cáliz no es menos importante. Representan las siete provincias históricas del Reino de Galicia: Santiago, Betanzos, Lugo, Tui, Mondoñedo, Ourense y A Coruña. Estas provincias no solo definieron la estructura administrativa del reino, sino que también jugaron un papel crucial en la configuración cultural y social de la región.

Este elemento heráldico sirve como recordatorio de un pasado en el que Galicia era un reino independiente con una fuerte identidad propia. Las cruces también reflejan la influencia de la Iglesia en la vida política y cultural de la época, ya que cada una de estas provincias contaba con importantes sedes eclesiásticas que marcaban el pulso espiritual del reino.

El proceso de estandarización: de la tradición a la oficialidad

Durante siglos, el escudo de Galicia ha evolucionado en paralelo a los cambios políticos y sociales de la región. No fue hasta 1972 cuando la Real Academia Gallega aprobó un modelo estandarizado del escudo. Este diseño sirvió como base para la Ley de Símbolos de Galicia de 1984, que oficializó el emblema que conocemos hoy en día. Según esta normativa, el escudo incluye:

  • Un fondo azul (campo de azur), que simboliza la profundidad y el misterio del Atlántico.
  • Un cáliz dorado (de oro) con una hostia plateada (de plata) en el centro.
  • Siete cruces de plata distribuidas a los lados y en la parte superior del cáliz.

Este diseño final encapsula siglos de historia y simbolismo en un único emblema, reforzando su relevancia tanto histórica como contemporánea.

El escudo y su conexión con la bandera gallega

La bandera de Galicia, otro símbolo de identidad regional, también ha integrado el escudo en su diseño oficial desde 1984. Originalmente, la bandera era una cruz de San Andrés, en alusión al patrón de la ciudad de A Coruña, pero con el tiempo se simplificó a una franja diagonal azul sobre un fondo blanco.

La inclusión del escudo en el centro de la bandera institucional refuerza la conexión entre ambos símbolos y subraya la importancia del cáliz y las cruces como elementos esenciales de la identidad gallega. Este diseño no solo es un emblema de la comunidad autónoma, sino también un puente entre el pasado medieval y el presente contemporáneo.