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En los últimos años, la expansión de las gasolineras autoservicio ha transformado la forma en que repostamos nuestros vehículos. Sin embargo, esta aparente comodidad también trae consigo ciertos riesgos legales. Según la normativa vigente en España, repostar el coche por cuenta propia en algunas estaciones de servicio puede llegar a acarrear sanciones económicas, un problema que muchos conductores desconocen o pasan por alto. Es importante conocer la normativa relacionada y las posibles multas que podrían imponerse por este hecho.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha advertido repetidamente sobre los riesgos de repostar un vehículo sin la asistencia adecuada, especialmente en aquellas gasolineras que no están diseñadas para el autoservicio. Según la normativa actual, recogida en el Real Decreto 706/2017, repostar en gasolineras asistidas, donde se requiere la presencia de un empleado para realizar la operación de suministro, está estrictamente regulado. En estos lugares, solo el personal autorizado puede manejar el surtidor, y si un conductor decide hacerlo por su cuenta, se enfrenta a una multa que puede llegar hasta los 100 euros.
Las gasolineras en España se dividen en dos grandes categorías: asistidas y de autoservicio. Las gasolineras asistidas son aquellas en las que siempre debe haber un empleado que supervise el proceso de repostaje. Esto no solo garantiza que el combustible sea manejado por personal capacitado y autorizado, sino que también permite que se cumplan con las normativas de seguridad específicas para prevenir accidentes o fugas de combustible.
Por otro lado, las gasolineras de autoservicio permiten a los usuarios repostar ellos mismos sus vehículos, siempre y cuando la estación cumpla con los requisitos de seguridad necesarios, como disponer de instrucciones claras y visibles sobre cómo utilizar los surtidores de manera segura, que haya equipos de emergencia disponibles y accesibles en caso de incendio y existan dispositivos de emergencia que posibiliten corte el suministro de combustible con rapidez si hay necesidad de ello. Este tipo de estaciones ha crecido en popularidad por sus costes inferiores. Sin embargo, los conductores tienen que estar alerta, ya que en algunas comunidades autónomas hay restricciones que exigen la presencia de un empleado en determinados horarios.
La multa más común relacionada con el repostaje por cuenta propia se produce cuando un conductor intenta repostar en una estación asistida, violando la normativa local. Según la DGT, en estos casos, la multa puede ascender a 100 euros, una sanción que pretende no solo penalizar el incumplimiento, sino también recordar la importancia de las medidas de seguridad.
La DGT insiste en que repostar es una operación que, aunque parezca sencilla, conlleva riesgos significativos si no se siguen las instrucciones correctas. Desde posibles derrames de combustible hasta incendios, los peligros son reales y justifican este tipo de sanciones. Además, hay que recordar que también se pueden imponer multas, de la misma cuantía, en caso de tener el motor encendido o usar el móvil en el proceso de repostaje.
En España, las competencias sobre el control de las gasolineras están descentralizadas, lo que significa que cada comunidad autónoma puede establecer sus propias regulaciones en cuanto a la operación de las estaciones de servicio. En algunas comunidades, como en la Comunidad Valenciana, por ejemplo, es obligatorio que las gasolineras dispongan de al menos un empleado durante todo su horario de apertura, lo que limita la posibilidad de que los usuarios puedan repostar por su cuenta en cualquier circunstancia. En cambio, otras regiones permiten estaciones de autoservicio totalmente desatendidas siempre que cumplan con las medidas de seguridad requeridas por la ley.
La mejor forma de evitar una multa por repostar uno mismo es estar informado. Antes de empezar a repostar, asegúrate de que te encuentras en una gasolinera autoservicio autorizada para que los conductores operen el surtidor de manera independiente. Estas estaciones suelen contar con señales claras que indican que el autoservicio está permitido, y disponen de instrucciones detalladas para manejar los surtidores de manera segura. Además, es recomendable que los conductores se familiaricen con las normativas de su comunidad autónoma para evitar sorpresas desagradables.
Otro consejo importante es seguir al pie de la letra las instrucciones proporcionadas por la estación. Hay que utilizar el equipo de protección disponible (como guantes) y manipular el surtidor con precaución. Si alguna vez se tienen sobre cómo proceder, lo más seguro es pedir asistencia al personal disponible en la estación.