Sacarse el carnet de conducir conlleva aprobar primero el examen teórico, para después sumergirse de lleno en las prácticas y acabar presentándose al dichoso examen práctico, algo que a muchos aspirantes a conductor se les atraganta. Y es que la realidad es que una parte significativa de los candidatos no consigue aprobar en su primer intento, con un 73% de las personas suspendiendo esta intentona.
La razón que explica estas cifras negativas giran en torno a una serie de errores comunes que, aunque pueden parecer menores, sumados acaban siendo suficientes para que se conviertan en un categórico suspenso. En este artículo detallaremos algunos de los errores más frecuentes y cómo evitarlos para maximizar tus posibilidades de éxito.
Los 12 fallos más habituales en el examen práctico de conducir
No usar correctamente los espejos retrovisores: Uno de los errores más frecuentes y básicos es no utilizar adecuadamente los espejos retrovisores. Revisar los espejos no es simplemente un requisito de seguridad; en el examen, los examinadores esperan ver movimientos claros de cabeza para ser conscientes de que el aspirante está fijándose bien en su entorno. No mirar los espejos regularmente, o no hacerlo antes de cambiar de carril, puede traducirse en una infracción grave y terminar en un suspenso.
No respetar las señales de tráfico: Las señales de tráfico son fundamentales para la seguridad vial, y no respetarlas es uno de los errores más graves que se pueden cometer durante el examen. Algunas de las faltas más comunes incluyen no detenerse por completo en una señal de "STOP" o no respetar un "Ceda el Paso". Estos errores, aunque a priori parecen fáciles de evitar, son muy habituales debido a la falta de atención, el nerviosismo o la confusión respecto a cuándo hay que detenerse.
No prepararse adecuadamente para la conducción: Antes de encender el coche tenemos que asegurarnos de que los espejos están correctamente colocados, estamos en una posición adecuada respecto al volante, que el asiento esté a la distancia adecuada y, por supuesto, debemos llevar puesto el cinturón de seguridad. Olvidar cualquiera de estos puntos puede considerarse falta para el examinador, y supondría la primera gran losa en cualquier examen de conducir.
Conducir demasiado pegado a los laterales de la vía: No es raro que los conductores inexpertos, debido a su falta de confianza, conduzcan demasiado cerca de los laterales de la vía, lo que puede ser un tanto peligroso. Al circular demasiado pegado a los bordes, el conductor pone en riesgo tanto a peatones como a otros vehículos que podrían estar circulando en paralelo. Para los examinadores, este comportamiento demuestra falta de control y seguridad al volante.
No aparcar correctamente: El aparcamiento sigue siendo una de las maniobras más complicadas para muchos aspirantes. Ya se trate de aparcar en línea o en batería, una mala ejecución de esta maniobra puede ser motivo de suspenso. Es fundamental recordar las indicaciones aprendidas durante las clases, como la alineación con la acera y la distancia correcta entre vehículos, además de hacerlo a un ritmo pausado, pero continuo, para poder llevar a cabo un aparcamiento seguro y eficiente.
Circular de forma incorrecta en una rotonda: Las rotondas siguen siendo un reto para muchos conductores, incluso para aquellos con experiencia. No saber utilizar correctamente los carriles en una rotonda, o no señalizar de forma adecuada al entrar y salir de ella, son errores comunes durante el examen práctico. La falta de comprensión sobre cómo cambiar de carril o cuándo se debe ceder el paso dentro de una rotonda puede hacer que la prueba sea un pequeño fracaso.
No respetar la preferencia de los peatones: La prioridad de los peatones es un elemento clave para la seguridad vial y, por lo tanto, tiene un peso significativo en el examen práctico. Fallar al ceder el paso a los peatones, especialmente en los pasos de cebra, se considera un error grave. Este tipo de falta muestra una clara falta de precaución y atención, y supone un suspenso inmediato. Siempre se debe reducir la velocidad y comprobar de manera anticipada si hay peatones que estén preparados para cruzar.
No llevar la marcha correcta: Llevar una marcha incorrecta también es un error habitual, ya sea por falta de experiencia o por nerviosismo. Esto incluye circular en una marcha demasiado alta o demasiado baja para las condiciones del tráfico. Además de afectar a la eficiencia del motor, utilizar una marcha incorrecta puede ser peligroso en situaciones en las que se requiera una respuesta rápida y efectiva del vehículo.
No utilizar bien los carriles de aceleración y desaceleración: Los carriles de aceleración y desaceleración están diseñados para facilitar la incorporación segura al tráfico y la salida hacia una vía rápida. Uno de los errores más comunes es no utilizar estos carriles de la manera adecuada: no acelerar lo suficiente en el carril de aceleración antes de incorporarse al tráfico o reducir la velocidad demasiado pronto, antes de entrar al carril de desaceleración. Se trata de situaciones que pueden poner en riesgo la seguridad y suelen ser motivo de suspenso.
No respetar la distancia de seguridad: La distancia de seguridad es muy importante para garantizar una conducción segura y evitar accidentes. No respetar esta distancia puede ser una falta grave que lleve al suspenso del examen. Recuerda que mantenerla te permitirá reaccionar a tiempo en caso de que el vehículo de adelante frene bruscamente, lo que puede suceder por una amplia cantidad de motivos durante la conducción.
Velocidad incorrecta: Una velocidad incorrecta no se hace referencia solo a cuando se superan los límites de velocidad, sino que también puede ser un problema si vamos demasiado lentos, ya que puede causar retenciones y ser peligroso para el tráfico que se mueve más rápido. Durante el examen, es importante mantener la velocidad adecuada que se adecue al flujo del tráfico y además se mantenga dentro de los límites establecidos para cada tramo de vía.
Nerviosismo y falta de confianza
Los nervios son uno de los grandes enemigos durante el examen práctico. El nerviosismo puede provocar errores que normalmente no cometerías durante una práctica normal, como olvidar señalizar una maniobra o no revisar los espejos tanto como deberías. Es fundamental trabajar en la autoconfianza y encontrar formas de mantener la calma durante el examen. Practicar en situaciones similares a las del examen puede ayudar a reducir los nervios y a aumentar la seguridad en uno mismo cuando se está al volante.
La importancia de la práctica y la confianza
Todos estos errores tienen algo en común: se pueden prevenir con una buena preparación y práctica constante. Muchas veces, los errores surgen por falta de confianza y por los nervios, que son naturales en una situación como la del examen práctico. Es importante trabajar en la autoconfianza, practicar en diferentes situaciones de tráfico, y escuchar las recomendaciones del instructor para minimizar el riesgo de cometer estos errores.