Quienes sueñen con recorrer el mundo entero pronto descubrirán que es un sueño (casi) imposible. En general se entiende que es una manera de exagerar, pero lo cierto es que hay algunos lugares en los que el ser humano tiene prohibida la entrada y, de hecho, tres de ellos están en Europa.
Esto no hace que explorar el planeta sea menos interesante, los rincones en los que sí se puede estar son muchos más, pero sin duda llama la atención por los motivos que pueden existir para que la presencia del hombre no esté permitida.
En algunos casos es por seguridad, como en la isla de Queimada Grande, también conocida como isla de las Cobras de Brasil, donde la gran cantidad de serpientes venenosas hace que solo se permita la entrada a científicos especializados; en otros, por respeto, como la imposibilidad de acceder a la tumba del primer emperador de China, Qin Shi Huang, protegida por su ejército de terracota.
Estas restricciones también pueden darse como protección, como sucede con la Isla Sentinel del Norte, en la India, donde el gobierno restringe el acceso para evitar que la tribu que la habita se exponga a enfermedades externas, preservando su forma de vida.
Muchos son los motivos que pueden llevar a prohibir que el ser humano visite un rincón del planeta, tal y como hemos visto, aunque la seguridad, propia y ajena, parecen primar por encima de los demás, así como la necesidad de preservar un espacio sin que pueda estropearse por la acción humana. En algunos casos el acceso está limitado a unas personas concretas, como investigadores o científicos.
Muchos son los lugares que se han visto inundados de turistas y, con el paso del tiempo, han tenido que limitar los visitantes que reciben porque estaba afectando a la zona, en estos lugares han tomado las medidas más drásticas y han evitado la posibilidad de que la acción del hombre intervenga. En Europa hay algunos lugares así, concretamente destacan estos tres: