Más de la mitad de la población española utiliza algún sistema de corrección de su visión, según datos de General Optica. Dado que las gafas y lentillas son imprescindibles para casi 25 millones de españoles, es fundamental prolongar su vida útil manteniéndolas en condiciones óptimas a través de unos cuidados específicos. Para que las gafas tengan una mayor vida útil, en ocasiones es necesario realizar un pequeño cambio de hábitos.
Tener la montura y los cristales limpios mejora la visión, ya que, si las gafas están sucias, no se ve con claridad. Además, los restos que se acumulan en el puente, las varillas o las lentes pueden afectar a los ojos. La suciedad hay que retirarla periódicamente, pero teniendo en cuenta que si no realizamos la limpieza de una manera adecuada podemos rayar los cristales e incluso, si no utilizamos los productos adecuados o realizamos la limpieza con brusquedad, podemos dejarlos inservibles.
Para eliminar la suciedad de los cristales y la montura, y que queden impecables, los expertos de General Optica aconsejan seguir los siguientes pasos:
Colocar las gafas debajo del agua del grifo y frotar ligeramente con los dedos hasta que todas las partes se humedezcan.
Poner en los dedos con una pequeña cantidad de jabón neutro y extenderla por los cristales y la montura realizando suaves movimientos circulares, sin apretar.
Aclarar con abundante agua hasta que no queden restos de espuma.
Realizar un segundo aclarado para terminar de eliminar todo el jabón y que no queden incómodos brillos o reflejos.
Retirar el exceso de humedad con un paño limpio, suave y que no suelte pelusas.
¿Qué productos puedo usar?
Además de agua o jabón neutro, en el mercado se pueden encontrar numerosos productos orientados a la limpieza de gafas. Hay que elegir los más respetuosos para que los cristales no se rayen ni se estropeen, descartando los más agresivos. Estas son algunas de las mejores opciones:
Toallitas limpiadoras impregnadas: son de un solo uso y se mantienen en perfecto estado en su envoltorio durante meses.
Limpiador óptico: puede presentarse en vaporizador o en forma de aplicador, con una esponja para facilitar su uso.
Gamuza de microfibra o bayeta suave: es importante que esté completamente limpia y sin polvo para evitar arañazos en los cristales.
Para no rayar los cristales al limpiarlos hay que tratarlos con delicadeza, manipular las gafas con cuidado y evitar hacer presión al lavarlas. Además, hay que evitar la tentación de emplear productos inadecuados, esto es lo que nunca debemos hacer:
Utilizar la ropa para limpiar las gafas. Es una práctica muy común entre la población cuando no tiene un producto adecuado a mano. En estos casos, es preferible esperar a poder lavarlas adecuadamente, ya que las prendas pueden dañar los cristales con restos de polvo, suciedad imperceptible o los adornos, cremalleras o botones de las prendas.
Usar un pañuelo de papel o una servilleta para limpiar los cristales. Esto tampoco es buena idea, ya que sueltan pelusas y pueden contener pequeñas partículas que pueden arañar el cristal.
Recurrir al lavavajillas. El jabón para el lavavajillas tiene compuestos químicos que pueden estropear algunas monturas en función del material empleado en su fabricación. Con este método de limpieza, las lentes con tratamientos especiales, como antivaho o antirreflejos, pueden perder sus propiedades.
Utilizar elementos punzantes para retirar la suciedad acumulada. Tratar de quitar la suciedad acumulada o muy pegada con un palillo o un alfiler puede ser fatal. Es preferible repetir una limpieza suave varias veces hasta eliminarla por completo.
¿Dónde guardar las gafas para que no se ensucien?
Guardar las gafas en un lugar adecuado es fundamental para mantenerlas en perfecto estado. Estos son los mejores lugares:
Estuche para gafas: hay que usar siempre un estuche protector para guardar las gafas cuando no se están utilizando. Están diseñados para proteger las lentes y la montura de arañazos, suciedad y posibles daños, pero hay que asegurarse de que está limpio y seco antes de colocar las gafas en él.
Un bolsillo vacío y seguro: si no se tiene a mano el estuche, se pueden guardar en un bolsillo seguro y limpio, como el bolsillo interior de una chaqueta o en una bolsa específica para gafas. Lo importante es evitar que se junten con otros objetos que puedan rayarlas.
Una superficie plana y limpia: cuando una persona se quita las gafas por un corto periodo de tiempo, se pueden colocar sobre una superficie plana y limpia, como un escritorio o una mesita de noche, si no hay cerca objetos afilados o sucios.
Evitar dejarlas sobre superficies calientes: es importante no dejar las gafas expuestas a altas temperaturas, como cerca de fuentes de calor directo o dentro de un automóvil estacionado bajo el sol, ya que un calor excesivo puede deformar la montura y dañar los recubrimientos de las lentes.