Si hay una bebida que acompaña a los españoles en su día a día es el café. Por la mañana, la tarde o a cualquier hora del día. La mayoría no pueden vivir sin él, y se ha convertido en su fiel compañero. Echarle azúcar es un 'must' para muchos, pero no es la opción más saludable. Por eso, os traemos un truco para disminuir el amargor sin necesidad de esta de la mano de Javier Clemente, catedrático de Ciencias del Deporte y Nutricionista en la Universidad Europea. 

Consiste en añadir una pequeña cantidad de sal al café molido o directamente una vez que se tiene preparado. Esta práctica tiene sus raíces en varias culturas, especialmente en países donde el café es una parte integral de la vida diaria, como Turquía y Escandinavia. 

El objetivo es reducir la acidez y amargura, potenciando su sabor. Y es que la sal puede neutralizar algunos de los compuestos amargos del café y realzar los sabores más sutiles. Esta alternativa, “puede hacer que el café te sepa más suave y menos ácido, lo que puede ser beneficioso para aquellos que encuentran el café demasiado fuerte”, explica Clemente. 

Si te preguntas, que cantidad debes echarle la dosis debe ser muy pequeña. “Generalmente una pizca o alrededor de 1/8 de cucharadita por taza de café. Es importante no excederse, ya que una cantidad mayor puede resultar en un sabor salado desagradable”, indica.

La sal puede ser una opción más saludable que el azúcar para algunas personas, especialmente para aquellos que "buscan reducir su consumo de calorías y evitar los picos de glucosa en sangre que puede causar el azúcar. No obstante, cada opción tiene sus propias consideraciones y debe adaptarse a las necesidades dietéticas individuales", aclara. 

En términos de beneficios, la sal puede hacer que el café sea más agradable para aquellos con sensibilidad a la acidez. Sin embargo, “los riesgos incluyen el aumento de la ingesta de sodio”, lo que puede ser problemático para personas con ciertas condiciones de salud. Por ello, es crucial no añadir demasiada sal para evitar un consumo excesivo.

“A las personas con hipertensión o aquellos que necesitan seguir una dieta baja en sodio no se les recomienda este truco”, anuncia el nutricionista. Para estas personas, aumentar la ingesta de sal puede ser perjudicial y contribuir a problemas de salud relacionados con la presión arterial alta. “Es aconsejable que consulten con un profesional de la salud antes de hacer cambios en su dieta”, concluye. 

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