Un hallazgo en Turquía revela que los piercings se usaban hace 11.000 años
Los adornos de piedra encontrados en Boncuklu Tarla son de diferentes colores y formas, lo que indica una cierta complejidad en la elaboración y selección de estos objetos
El análisis de los esqueletos sugiere que los piercings eran usados por hombres y mujeres de diferentes edades y estatus social
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Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Ankara ha realizado un descubrimiento sorprendente en el sureste de Turquía que ha desafiado las ideas preconcebidas sobre la práctica del piercing. En un sitio de entierro conocido como Boncuklu Tarla, se encontraron adornos de piedra en esqueletos que datan de hace aproximadamente 11.000 años. Este hallazgo indica que la perforación corporal se practicaba mucho antes de lo que se creía anteriormente, desafiando la percepción de que se trata de una tendencia moderna.
Los ornamentos, que consisten en pequeñas piedras puntiagudas, se encontraron cerca de los agujeros de las orejas y los labios de los esqueletos. Este hecho sugiere que fueron utilizados como piercings, una conclusión que se ve reforzada por el desgaste observado en los dientes inferiores de los cráneos, lo que indica la presencia de piercings en el labio inferior mientras los individuos estaban vivos.
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"Este descubrimiento es realmente significativo", comentó la profesora de arqueología Emma Louise Baysal, coautora del estudio sobre los ornamentos. "Nunca antes se habían encontrado piedras ornamentales colocadas sobre los cuerpos en su ubicación original, lo que nos da una idea mucho más clara de cómo se utilizaban estos objetos."
Los piercings ya se usaban hace 11.000 años
El estudio de estos adornos proporciona información invaluable sobre las prácticas culturales y estéticas de las civilizaciones antiguas. Demuestra que la preocupación por la apariencia y la identidad personal no es algo exclusivo de la sociedad moderna, sino que ha sido una constante a lo largo de la historia.
Este hallazgo también destaca la importancia de la arqueología en la reconstrucción del pasado y la comprensión de la complejidad de la experiencia humana. Al desenterrar estas piezas del pasado, podemos aprender más sobre cómo vivían, pensaban y se sentían nuestros ancestros.
El descubrimiento en Boncuklu Tarla es un recordatorio de que todavía hay mucho que no sabemos sobre las culturas antiguas. Es un incentivo para seguir investigando y explorando, para desenterrar más secretos del pasado y construir una imagen más completa de la historia de la humanidad.
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