Un equipo de científicos de EEUU y Alemania ha descubierto que cuatro especies de grandes simios se divierten haciendo bromas a sus compañeros. Al estudiar las interacciones de bonobos, chimpancés, orangutanes y gorilas, han encontrado que algunos de ellos, sobre todo los más jóvenes, hacen cosas como tirar del pelo, dar un golpe y huir o ponerse cara a cara con un adulto.
Los humanos bebés empiezan a hacer bromas alrededor de los ocho meses de edad. Como este comportamiento no necesita del lenguaje, los científicos creen que puede haber formas parecidas de juego en otros animales, como se muestra en este nuevo estudio.
Las bromas de los simios son similares a las de los humanos, ya que son provocativas, persistentes y contienen elementos de sorpresa y juego. El hecho de que las cuatro especies de grandes simios hagan bromas indica que las habilidades cognitivas para el humor se podrían haber desarrollado en el linaje humano hace al menos 13 millones de años.
Las bromas de los simios se basan sobre todo en acciones físicas sencillas, como dar y quitar algo o sorprender al otro. Aunque parezca simple, este comportamiento implica tener capacidades cognitivas básicas, como entender el lenguaje, imaginar cosas y ver las cosas desde otro punto de vista.
El estudio se hizo analizando interacciones sociales naturales, que incluían juegos, “pequeñas molestias” y provocaciones. Los científicos observaron lo que hacía el bromista, sus gestos, sus caras y las reacciones de los que recibían las bromas. El estudio identificó 18 comportamientos diferentes de broma y juego, y vieron que los bromistas buscaban que el otro primate les respondiera o les hiciera caso.
Pero, a diferencia del juego, las bromas eran sobre todo de uno solo y casi nunca se devolvían. Estos comportamientos se veían sobre todo en momentos de tranquilidad y se parecían a las bromas humanas, como esperar una respuesta, repetir y sorprender.
Aunque antes ya se habían visto comportamientos parecidos en chimpancés, como los de Jane Goodall, este estudio es el primero en investigar de forma sistemática las bromas juguetonas en grandes simios. Estos resultados sugieren que las bromas juguetonas y sus bases cognitivas podrían haber existido en nuestro ancestro común, hace más de 13 millones de años.
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