¿Por qué en Europa no tienen persianas?

Puede que lo hayas visto en los vídeos de distintas redes sociales, el cómo extranjeros llegan a España y descubren las persianas y lo cómodo que se puede llegar a dormir con la oscuridad y seguridad que estas proveen. Ocurre con gente que viene de América, pero también con vecinos más cercanos, de otros países de Europa. Pues bien, la ausencia de persianas en muchos países europeos y su prevalencia en España se debe a una combinación de factores históricos, culturales, climáticos y de estilo de vida.

Factores históricos y culturales

La historia de España, con su prolongada influencia árabe y la posterior cultura católica, ha jugado un papel fundamental en la adopción de las persianas de forma general en todo el territorio. Bajo el dominio árabe, se instalaban persianas para mantener la privacidad y ocultar lo valioso de la vista ajena. Posteriormente, la cultura católica enfatizaba la preocupación por el "qué dirán", llevando a las personas a buscar mayor privacidad en sus hogares. Estos dos factores combinados sirven de buena explicación por si solos, sobre todo si tenemos en cuenta que en países con una fuerte tradición protestante, como Alemania y los países nórdicos, la transparencia y la apertura a los demás se valoraban más, disminuyendo la necesidad de ocultación que ofrecen las persianas.

En España, las persianas también se han utilizado como un medio de protección de la intimidad y la seguridad. Este aspecto de la privacidad, junto con la influencia de la cultura árabe y católica, contrasta con la mentalidad en países del norte y centro de Europa, donde la apertura y la honestidad han sido históricamente más valoradas, y por lo tanto, hay menos preocupación por ocultar los interiores de las viviendas.

Factores climáticos

También hay que tener en cuenta que España es uno de los países europeos con más horas de sol al año, con regiones que reciben hasta 2.500 horas anuales de luz solar. Esto contrasta significativamente con países más al norte, como el Reino Unido y Bélgica, donde las horas de luz son considerablemente inferiores. En España, las persianas son esenciales para protegerse del calor intenso y la luz solar directa, particularmente durante los meses de verano. En cambio, en los países nórdicos y del norte de Europa, donde hay menos horas de luz solar y las temperaturas son más bajas, no hay una necesidad tan marcada de protegerse del sol.

Persianas para todos los gustos

En España, las persianas no solo cumplen una función práctica relacionada con el clima, sino que también se han convertido en una parte integral del estilo de vida y la estética arquitectónica. Hay una gran variedad de persianas, que van desde las tradicionales de esparto hasta las modernas controladas por sistemas domóticos.

En otros países europeos, dado que las persianas no son tan habituales, se utilizan otros métodos para controlar la luz y mantener la privacidad, como estores o cortinas más livianas. La ausencia de persianas externas es notable, en especial en los países del norte y centro de Europa, donde la arquitectura y el estilo de vida se han adaptado a un clima diferente y a diferentes normas culturales de privacidad y apertura.

En resumen, el uso de persianas en España, a diferencia de otros países europeos, se debe a una mezcla única de factores históricos, culturales y climáticos que han moldeado las preferencias y necesidades en cuanto a diseño de viviendas y estilo de vida.

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