Mateus Facio se ha convertido en un fenómeno viral por su asombrosa experiencia. Este estudiante brasileño de 21 años sufrió un disparo en la cabeza durante una fiesta de fin de año en Río de Janeiro, pero no se dio cuenta de lo que le había pasado.
Facio creyó que alguien le había lanzado una piedra y que el sangrado se había detenido pronto. Así que siguió con su vida normal y disfrutó de cuatro días más de diversión. «Se paró el sangrado, nos fuimos, me duché y salí de fiesta», contó el joven en un programa de televisión.
Fue al quinto día cuando notó algo extraño: su brazo derecho empezó a temblar sin control. Entonces decidió ir al hospital, pero el viaje en coche se le hizo eterno. «El viaje duró siete horas en lugar de las cuatro horas y media habituales», dijo.
En el hospital le hicieron una tomografía y descubrieron que tenía una bala alojada en el cerebro. Lo operaron de urgencia y le salvaron la vida. Estuvo dos días en la UCI y ahora se recupera en un pueblo del sur de Brasil.
El neurocirujano que lo operó, Flavio Falcometa, explicó que «si la bala se hubiera desplazado unos poco milímetros más, podría haber causado daños graves y dejarle un brazo o un lado del cuerpo completamente paralizado». Parece que Mateus tuvo mucha suerte.
La Policía, por su parte, ha examinado la bala que le extrajeron y ha abierto una investigación para averiguar quién fue el autor del disparo.