El beneficio que algunos arrendadores quieren obtener por sus ‘viviendas’ en las zonas turísticas llega a rozar los surrealistas en situaciones, un turista que alquiló en la plataforma Airbnb una habitación en Lanzarote ha denunciado que lo que se encontró al llegar no era el 'coworking' urbano que le prometía el anunciante, sino un local comercial con más de 20 tiendas de campaña y baños compartidos, a 25 euros la noche.
El caso lo ha adelantado el diario local Biosferadigital.com, a quien el turista afectado ha relatado su experiencia a la hora de acomodarse en el alojamiento que había elegido, que ni siquiera estaba en la dirección publicitada sino en otra "para despistar".
El turista ha aportado como pruebas un vídeo en el que se cuentan más de 20 de tiendas de campaña montadas en el suelo de un local diáfano con ventanales a una calle de Arrecife y una foto con un cartel en inglés y español colgado en la puerta con instrucciones para los huéspedes sobre cómo relacionarse con los vecinos.
"No se debe dar explicaciones a los vecinos y personas de fuera sobre este coworking. Los vecinos no quieren turistas. No permita que entren al local. No son amigos".
El alcalde de Arrecife, Yonathan de León, ha confirmado que ha dado órdenes a la Policía Local para que visite el local y levante acta porque considera "evidente" que "se está desarrollando una actividad económica en un lugar que no cuenta con la correspondiente licencia".
Las circunstancias que los agentes consignen en ese acta serán puestas en conocimiento de la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias para que "actúe en consecuencia con este tipo de artimañas que se están generando en la ciudad y que no se pueden permitir en un municipio como Arrecife", ha señalado el alcalde.
"No vamos a permitir este tipo de turismo en nuestra ciudad", ha enfatizado.
Por su parte, el presidente de la Confederación de Empresarios de Lanzarote, Francisco Martínez, ha explicado que también su organización ha presentado una denuncia ante el Cabildo porque no "consideran de recibo" ese tipo de oferta alojativa.
Daniel Barbosa, dueño del espacio ‘coworking’ daba su explicación de los hechos: "El negocio tiene una mesa, una silla, internet, y una zona de descanso. Cómo la gente use la zona de descanso no es mi problema".
Además argumenta que "Si quiero poner una tumbona en medio de la oficina, no hay ninguna ley que me lo prohíba" y defiende que tiene todos los papeles en regla.
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