¿Por qué aparecen un iPhone o unas Nike en cuadros del siglo XVII?

El arte siempre resulta sorprendente, en ocasiones por su belleza, por lo que consigue transmitir, otras por su importancia histórica, y en las menos numerosas, por detalles curiosos, como la semejanza de un retrato antiguo con una persona actual o porque parecen confirmar la posibilidad de los viajes en el tiempo. 

Esa parece ser la única explicación posible para ciertos detalles modernos que parecen haberse colado en obras que cuentan con cientos de años y que presentan detalles que es imposible que se conocieran y usaran en ese momento de la historia. 

Por qué aparecen un iPhone y unas Nike en cuadros antiguos

En ‘Retrato de un niño’, pintado por el pintor holandés Ferdinand Bol en el siglo XVII, unas visitantes quedaron sorprendidas al ver que su calzado tiene una marca que bien podría ser el clásico logotipo de la marca deportiva Nike. De momento no hay explicación oficial al respecto, tan solo la alegría de la National Gallery de Londres de que sus visitantes encuentren tan interesante la obra. 

Este detalle ha traído a la mente otros casos similares, como el del cuadro 'La Esperada’, que pintó Ferdinand Georg Waldmüller en 1860. En él se puede ver cómo una joven camina por un sendero mientras en sus manos lleva lo que parece ser un iPhone, o así lo parece por su gesto y postura. En este caso quedó claro que, en realidad, se trata de un librito de oraciones, pues es evidente que en esa época todavía no había smartphones.

No es el único teléfono inteligente que parece haber viajado en el tiempo, también parece haber uno entre las manos de uno de los personajes del cuadro ‘Mr. Pynchon and the Settling of Springfield’, finalizada en 1937 por Umberto Romano. Hay quienes señalan esto como una confirmación de los viajes en el tiempo, sin embargo, en Vice investigaron y llegaron a la conclusión de que podría tratarse en realidad de un espejo

Tampoco es lo que parece el ordenador portátil que mira una mujer en una estatua del siglo I a.C. Si bien los locos de la conspiración en seguida encontraron su parecido con esta obra de la tecnología moderna, los expertos en seguida dejaron claro, tal y como recogen en Xataka, que era evidentemente una caja o un espejo, pues los portátiles necesitan electricidad para funcionar y en esa época no había. 

El sesgo de confirmación 

Quienes quieran creer en teorías de la conspiración y la posibilidad de la existencia de los viajeros en el tiempo están en todo su derecho, no por nada El Ministerio del tiempo fue un éxito. Sin embargo, por desgracia para ellos, en la mayoría de las ocasiones en las que esto sucede, se cuela un objeto moderno en una obra anterior a su invención, suele haber una explicación lógica para ello, como hemos visto. 

El sesgo de confirmación explica que las personas tienden, de manera natural, a buscar información que confirme sus creencias. De este modo, los teóricos de la conspiración encontrarán su confirmación donde la busquen. Si de un primer vistazo hemos visto en esas obras un iPhone o unas Nike, queremos creer que es así, por lo menos hasta que las pruebas nos demuestran lo contrario. Por cierto, de la presencia de ese logo moderno todavía no ha llegado una explicación, ¿será un reflejo o un brillo afortunado? Ahora se conoce este cuadro como ‘El viajero del tiempo’.