La historia del hombre que emigró desde Estados Unidos a Málaga porque es más fácil hacer amigos: "No quiero eso por el resto de mi vida"

  • Eris Michiels es un hombre que se mudó con su familia para batir el frío y la soledad

  • El hombre llevaba 2 años viviendo en Denver en donde la calidad de vida era más cara y los inviernos duros, pero sobre todo no tenían amigos

  • La familia asegura que está feliz por el cambio y que en España hay conexiones reales entre las personas

Eris Michiels decidió darle otro rumbo a su vida movido por una razón: la soledad. El hombre proveniente de Estados Unidos tras vivir dos años junto a su familia en Denver Colorado, ha decidido "cruzar el charco" a un lugar más acogedor y en donde hacer amigos es más fácil, en concreto a Málaga.

Ha sido el medio Business Insider el que ha contado la historia de este hombre que junto a su familia, su mujer y dos hijos, decidieron un tiempo atrás mudarse de Atlanta a Denver, en búsqueda de una conexión más profunda con la naturaleza. Lo que buscaban allí era que el destino brindaba más actividades al aire libre y deportivas en la montaña, como bicicleta, esquí y más, pero lo cierto es que su experiencia allí no cumplió las expectativas, sino todo lo contrario.

Al poco tiempo de mudarse, se percataron que el coste de vida era mucho mayor y que los inviernos eran mucho más crudos y duros de lo que se pensaban ya que no era posible realizar las actividades al aire libre por las bajas temperatura e incluso tenían que lidiar con varios cortes de electricidad por las condiciones climáticas. "Los inviernos fueron especialmente terribles para nosotros. Recuerdo que nuestro complejo de apartamentos me informó que la temperatura caería por debajo de los 5 grados negativos durante tres días seguidos y que debía estar preparado si se cortaba la luz", recordó.

Pese a que el contexto era hostil, la dificultad de hacer amigos era lo que realmente empeoraba la situación ya que nadie quería hacer planes con ellos por priorizar otras cosas. "Incluso asistiendo a las iglesias, la gente de Denver parecía menos comprometida y realmente no nos invitaban a entrar en sus vidas. Recuerdo que después de dejar una iglesia que visité, nadie me habló ni me hizo seguimiento. Después de enviarle un correo electrónico al pastor y preguntarle sobre un grupo bíblico para hombres, me conectaron con un tipo que lo dirigía y nos reunimos para tomar un café. Tuvimos lo que pensé que fue una gran conversación y él dijo que me invitaría a varias actividades para hombres. Pero nunca lo hizo, nunca volvió a acercarse, y yo tampoco", relató.

"Estados Unidos es un lugar donde se vive para trabajar, y no quiero eso por el resto de mi vida. Quiero tener más tiempo libre y tener un clima mucho mejor”, expresó Eris al medio haciendo hincapié en que no era el estilo de vida que deseaba llevar a sus 50 años y es la razón por la que decidió dar un giro en 180º a su estilo de vida.

Cruzar el océano hacia Málaga

Tras unos años solitarios, Eris Asegura que hoy es mucho más feliz. La familia decidió mudarse a Málaga en donde el clima es más agradable y soleado y hacerse amigos es mucho más fácil. Además asegura que el coste de vida ha bajado significativamente ayudando a sus bolsillos, sobre todo en el área de la salud en donde en Estados Unidos es uno de los aspectos más caros y una de las razones más grandes por la que mucha gente emigra. “El día a día es mucho más barato. La asistencia sanitaria también es mejor aquí. En España, pagamos 50 dólares al mes cada uno por el seguro, y eso prácticamente nos da acceso a atención médica y dental gratuita. Eso es muy reconfortante”, compartió.

A la hora de hacer amigos, el hombre confesó que ha notado que se hacen conexiones más profundas entre las personas. “En España, la gente interactúa contigo a un nivel más profundo. A la gente le interesa saber de ti: de dónde vienes, cómo te estás adaptando, tu familia y tu situación. Hablamos español e inglés con fluidez, lo que ayuda. Puedes llamar libremente a la puerta de un vecino y pedirle mantequilla o vino, y sucede en ambos sentidos: vienen a tu puerta pidiendo ayuda si la necesitan", señaló e hizo especial hincapié en que le llamó la atención en que la gente no usa lo móviles contribuyendo a aquella conexión. "Otra cosa realmente genial que hemos notado aquí es que cuando salimos a comer, nadie mira su teléfono. Todos están sentados a la mesa, disfrutando de una comida juntos", destacó.