Isabel Díaz Ayuso ha elegido a Vicky Martín Berrocal, a quien le une una amistad además de ser clienta de su firma de moda (la ha vestido en actos importantes), para conceder una nueva entrevista de carácter personal donde ha compartido curiosidades y aspectos desconocidos de su vida y personalidad.

“Hay millones de personas que saben quién es la presidenta de la Comunidad de Madrid, pero hay muy poca gente que conozca a Isabel, y quiero que conozcan a la gran mujer que hay detrás de ese cargo”, ha dicho la diseñadora sevillana para presentar a la primera invitada de su podcast, donde mantiene conversaciones "íntimas y sin filtro" con rostros conocidos de todos los ámbitos.

La ex mujer de 'El Cordobés' ha preguntado a la política del momento cómo es cuando nadie la ve, qué le apasiona, qué le conmueve y qué le aterra, o cuál es su visión en distintos temas como el amor, la familia, la fama y el éxito.

Vestida de forma informal, con vaqueros y camiseta verde, lo primero que confiesa Ayuso es que es “mucho más tímida de lo que parece” y cómo su salto a la política y la “presión” de estar continuamente en el foco mediático en estos últimos años ha ido conteniendo su personalidad: "Se me busca cómo equivocarme, los errores..., lo que ha hecho que me retraiga un poco”.

“Hago tantos esfuerzos para que todo funcione que hay veces que no soy la misma”, dice explicando cómo le ha hecho evolucionar las “situaciones tan duras que ha vivido” y la “responsabilidad” de ser una figura pública: “Yo antes era muchísimo más divertida, más risueña, muchísimo más inmadura en todo”. Ahora “solo vive" para su proyecto político, "para trabajar” y “eso apaga un poco de ti”.

La política de 44 años reconoce que la fama y el progresivo interés por su vida privada le ha obligado a perder “parcelas de su intimidad”, que se han visto retratadas en las revistas del corazón.

Se sabe que mantiene un discreto noviazgo de tres años con el técnico sanitario Alberto González (47), divorciado y padre de tres hijos, con quien recientemente perdió el bebé que esperaban.

Divorciada de Sergio Hernández-Torre, un empresario del mundo del golf, con quien estuvo entre 2008 y 2011, antes de Alberto González tuvo un noviazgo de cuatro años con un amigo de la infancia, el peluquero Jairo Alonso, con quien rompió en 2020.

El amor era un tema inevitable en una charla distendida entre mujeres. Vicky Martín Berrocal ha preguntado a su amiga y entrevistada si “ha sufrido mucho en el amor”, a lo que esta ha contestado: "¿Yo? Sin parar”.

Reconoce que le habría gustado haber vivido “una historia de cuento con uno para toda la vida”, pero “no vino así”. Eso sí, se muestra orgullosa por “guardar amistad” con “casi todos” sus ex, aunque no ha dicho si se los encuentra o no por Madrid...

Si en su entrevista anterior con Bertín Osborne bromeó con que le gustan los hombres “fofisanos, como Russell Crowe”, la lideresa madrileña revela ahora uno de sus primeros "amores platónicos" de juventud, el cantante Rick Astley, que fue muy popular en los años 80: "Tenía sus pósters y todo".

Pero se pone seria para decir lo que realmente busca en un hombre, “por encima de todo”, que “sea buena gente”, “coherente, sincero” y  que tenga "curiosidad por la vida, por aprender, ver, crecer".

Ayuso se considera muy tradicional en sus relaciones y comenta que “nunca perdonaría una infidelidad, así que mejor que no me la cuenten, ni me lo planteo”.

Muy unida a sus sobrinos, un chico de 16 años y dos niñas de 4 y 7 años, hijos de su único hermano, Tomás Díaz Ayuso, la política madrileña se confiesa "muy niñera" y nunca ha ocultado su deseo de ser madre, algo que siempre ha ido aplazando por su dedicación a su faceta profesional. "Siempre he querido hijos, pero también es verdad que me he volcado siempre en el trabajo y que he sido muy independiente", dijo en junio del año pasado a la revista 'Yo Dona'.

Ahora le reconoce a Vicky Martín Berrocal que tiene un gran miedo, la soledad: "Veo que con los años se deja de contar con la gente. Tengo miedo a hacerme mayor y verme sola".

Su dedicación a la política y actual vida en pareja no le ha hecho descuidar sus amistades (“tengo un grupo base y hago uno o dos amigos de cada etapa de mi vida”) ni renunciar a sus hobbies de toda la vida, como la música (tiene tatuada una flor en honor a Depeche Mode) o viajar. “Me gusta porque cuando sales de tu ciudad, haces las cosas normales de siempre y simplemente estás tú”.

Asegura “hacer mucho más ejercicio del que parece” (máquinas, pesas y correr), y cuidarse sin renunciar a su pasión por la comida. Se declara fan de la cocina fusión (“el peruano que va a japonés, el mexicano que tira a japonés…”) y revela que su plato favorito es el salmorejo. "A mí me gusta comer bien en cualquier sitio, desde alta cocina a comida de taberna. El apodo de tabernaria siempre me ha parecido fantástico", bromea la política que se crió en el barrio madrileño de Chamberí.

También dedica su tiempo libre a leer, ver televisión, películas (las trilogías y filmes basados en hechos reales son sus favoritas) y series. En la pandemia se pegó maratones, contó a Vanity Fair. Desde Red Riding -miniserie británica sobre asesinatos en una trama de corrupción- hasta Unorthodox, Succession y La casa de papel.