Numerosas personas buscan cómo incrementar sus ingresos de mil formas, pero Monique Jeremiah, una mujer australiana de 36 años, ha encontrado una muy peculiar. Esta empresaria, residente en la localidad de Queensland, alquila la otra mitad de su cama a desconocidos para "sobrevivir a la crisis inmobiliaria". Es lo que se conoce como 'ropa de cama caliente', una práctica que se está poniendo de moda en algunos países.
Jeremiah afirma que esta práctica, que es totalmente complementaria a su trabajo -y que al mes incrementa sus ingresos en unos 400 euros-, "es excelente para las personas que pueden desconectar sus emociones y dormir junto a otra persona de una manera totalmente respetuosa y sin ataduras". Ella afirma que es lo mismo que compartir una habitación con dos camas, pero con una sola. No obstante, asegura que es necesario tener una cama y un dormitorio grande para que cada individuo tenga su espacio personal.
La empresaria, cuya historia recogen medios como 'Le journal de Montréal' o 'New York Post', destaca que la 'ropa de cama caliente' puede ser una tendencia muy lucrativa, sin embargo, solo resulta de esta forma cuando las partes alcanzan un acuerdo (que se sugiere que sea por escrito, para que haya constancia de los términos). Todavía no es una práctica que haya tenido gran recorrido en las redes sociales, pero ya comienzan a surgir vídeos en plataformas como TikTok que acumulan ya varios millones de visualizaciones.
Jeremiah comenzó a realizar esta práctica en 2020, durante la pandemia del coronavirus. Su agencia de educación internacional y alojamiento para estudiantes colapsó de la noche a la mañana, así como la formación que impartía de forma presencial, por lo que necesitaba ideas para mantener sus ingresos. Entonces, descubrió que la 'ropa de cama caliente' le facilitaba lo suficiente. Una de las primeras personas con las que probó fue su expareja. Llevaba tiempo sin hablar con él, pero los resultados fueron satisfactorios para ambos.
Ahora afirma que podría dormir con cualquier persona con la que alcance un acuerdo. En la actualidad, pide 95 euros por semana y unos 400 por mes por la otra mitad de su cama. Incluso está considerando aumentar sus precios, dado el aumento de la demanda y, sobre todo, la inflación que sigue aumentando en Australia: "Es ideal, sobre todo si eres sapiosexual, como yo, y prefieres la compañía de alguien a una relación física". La práctica, eso sí, ha recibido críticas de los usuarios en las redes sociales: apuntan a las condiciones higiénicas, así como a la exposición directa ante desconocidos.