Aunque las medusas supongan un fastidio –y un peligro– para los bañistas, hay que recordar que estamos hablando de unos seres vivos que llevan sobre la faz de la Tierra mucho más tiempo que el ser humano. De hecho, se estima que ya pululaban por los mares hace unos 500 millones de años.
Claro que eso no significa que cada verano se conviertan en el enemigo público número uno de los turistas –y no turistas– que acuden a la playa a darse un chapuzón. Y no es de extrañar, el contacto con las medusas puede ser muy doloroso, ya que cuentan con filamentos que emplean para inocular veneno a sus víctimas y para defenderse de otros organismos, como son las personas. No obstante, en nuestro país hemos de sentirnos afortunados al menos porque si nos damos un baños en alguna de nuestras costas, no vamos a toparnos con la medusa más peligrosa del mundo.
Este honor recae en la chironex fleckeri, denominación oficial de esta medusa que es más como avispa de mar o medusa de caja. Suele encontrarse en las costas australianas y tiene un tamaño considerable, dado que cuenta con unos 70 tentáculos y unos tres metros de longitud. Si a eso le unimos que es casi translúcida, es complicado sortearla cuando un bañista se encuentra con ella.
La avispa de mar es la medusa más peligrosa del mundo por el intenso dolor que provoca el veneno de sus más de 5.000 millones de células urticantes. De hecho, cuando se mete en el riego sanguíneo puede incluso causar un shock y llevar al afectado al paro cardiaco. No en vano, puede darse el caso de que provoque insuficiencia cardiaca a una persona que está nadando y que no sea capaz de llegar hasta la orilla.
La avispa de mar se encuentra en aguas muy alejadas de nuestro país, aunque eso no quiere decir que no existan otros tipos peligrosos que llegan hasta nuestras costas. “De entre las especies que podemos encontrar en las costas españolas, posiblemente la más peligrosa pueda ser la carabela portuguesa (physalia physalis).
El contacto con sus tentáculos puede tener consecuencias muy graves para las personas. La gran concentración de nematocistos y su potente veneno con propiedades neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas pueden llegar a producir en algunas situaciones un shock neurógeno provocado por el intensísimo dolor, con el consiguiente peligro de ahogamiento”, explican en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Se puede distinguir porque tiene forma de vela y porque alberga numerosos tentáculos que suelen tener una media de 10 metros de largo. Asimismo, son más habituales en las costas gallegas y en el mar Cantábrico.
Cuando se siente la picadura de una medusa, lo más recomendable es seguir las siguientes instrucciones: