Cada día pasan por encima de ellas millones de viandantes y vehículos en todo el mundo, aguantando estoicas su peso y esperando a que sean abiertas para acceder al alcantarillado. Hablamos de las alcantarillas o, mejor dicho, de las tapas de registro que las cubren, ya que ese es su nombre técnico.
No hay que ser demasiado observadores para percatarse de que la gran mayoría son redondas. Ni cuadradas, ni rectangulares, ni con otras formas geométricas; siempre son circulares. ¿A qué se debe esta forma? ¿Simplemente se trata de una tradición o existe alguna explicación científica?
La respuesta es que no hay ninguna tradición detrás de esta decisión. El hecho de que siempre hayan tenido una forma circular se debe a las ventajas que proporciona, las cuales ya eran tenidas en cuenta hace siglos.
La primera y más importante es que una tapadera circular jamás se caerá por el agujero que está tapando por una simple cuestión: el diámetro siempre será mayor. De ese modo se evita que un objeto tan pesado se precipite y cause importantes daños materiales e incluso personales.
Hay que tener en cuenta que las tapas de registros están fabricadas en materiales muy resistentes y pesados que deben aguantar el continuo tránsito sobre ellos. Así que, si caen por el agujero de la alcantarilla, el estropicio puede ser grande. Si se opta, por ejemplo, por una tapa cuadrada, la longitud de cada lado es menor que la diagonal, lo que podría dar como resultado que se colara por la abertura.
Esta es la principal razón de que las alcantarillas sean redondas, pero no es la única. también podemos destacar las siguientes:
Finalmente, cabe señalar que aunque los sistemas de alcantarillado se comenzaron a crear en la Edad Antigua, no fue hasta el siglo XIX cuando se desarrollaron las tapas y los pozos que encontramos hoy en día en todas partes.